El arte mexicano del siglo XX ha sido objeto de múltiples reconocimientos en diversas partes del mundo, siendo la pintura, la música, la literatura y la danza, entre otras manifestaciones, donde florecieron renombrados exponentes que han trascendido épocas. Gran parte de esa distinción obedece a la influencia que los artistas tuvieron en otros de nacionalidad y época distinta, pero con experiencias de vida semejantes.
Este preámbulo sirve para presentar Vida americana: Los muralistas mexicanos rehacen el arte estadounidense, 1925-1945, la exposición que actualmente se encuentra en el Museo Whitney de Arte Estadounidense, con sede en la ciudad de Nueva York.
La colección refiere a la transformación que vivió México después del movimiento revolucionario de 1910, promovida en su mayoría, por intelectuales y artistas, y que tuvo eco en la cultura nacional, pues se percibió una nueva relación entre el arte y el público, y particularmente, entre aquel que retrató la justicia social y la vida nacional.
Los célebres muralistas José Clemente Orozco (1883-1949), Diego Rivera (1886-1957) y David Alfaro Siqueiros (1896-1974) fueron ejemplo de esta tendencia, pues vivieron por temporadas en Estados Unidos, hicieron murales, pinturas y grabados que fueron exhibidos al público, e interactuaron con artistas locales, y a su vez, algunos de ellos viajaron a México y fueron testigos de los hechos que permitieron tal iluminación pictórica. Cabe decir que, varios de éstos buscaban motivos diferentes al modernismo europeo y a la Escuela de París. Fue así que, alentados por los estragos de la Gran Depresión (1929), encontraron ideales para crear.
“Los murales mexicanos de escala panorámica del periodo posrevolucionario, que representan la historia nacional y la vida cotidiana, utilizaban un vocabulario pictórico que era a la vez moderno y característicamente mexicano. Combinada con la temática socialista radical de las obras que los muralistas mexicanos crearon mientras vivían en los Estados Unidos, su influencia sobre los artistas de este país fue profunda”.
Barbara Haskell, curadora de la exposición
La muestra comprende aproximadamente 200 obras de 60 artistas norteamericanos y mexicanos, y está dividida en nueve secciones temáticas, conformadas por pinturas, frescos portátiles, películas, esculturas, grabados, fotografías y dibujos, así como reproducciones de murales in situ.
Incluye piezas que no se han exhibido por décadas en los Estados Unidos, varias de ellas como préstamo de museos nacionales. Entre los mexicanos figuran: Luis Arenal, Lola Álvarez Bravo, Miguel Covarrubias, María Izquierdo, Frida Kahlo, Roberto Montenegro y Rufino Tamayo. Y entre los estadounidenses y europeos están: Howard Cook, Sergei Eisenstein, Tina Modotti, Henrietta Shore, Paul Strand y Edward Weston, entre otros autores.
Tres grandes
Diego Rivera fue reconocido por plasmar lo que muchos artistas no se atrevían, en algunas ciudades de nuestro país y en el extranjero. Para la segunda década del siglo, ya había cursado estudios de arte pictórico en España y Francia, donde asimiló lo que era el cubismo y el postimpresionismo, entre otras corrientes.
Por su parte, Siqueiros viajó a Europa en ese tiempo, específicamente a París, por su interés en la obra de Cézanne, asimiló el cubismo y los bloques de color intenso. Ahí conoció a Diego Rivera, con el cual estudió a los pintores renacentistas.
En cambio, Orozco, fue un fiel admirador del grabador, ilustrador y caricaturista José Guadalupe Posada, y se trasladó a Estados Unidos en los años 20 donde realizó murales y carteles en Nueva York y San Francisco. A diferencia de Rivera y de Siqueiros, retrató la condición humana de forma apolítica, interesándose en valores más universales.
El museo fue establecido en 1930, por la artista y filántropa Gertrude Vanderbilt Whitney (1875-1942), quien, como defensora del arte moderno de Estados Unidos, apoyó a artistas revolucionarios en un tiempo en el cual todavía no gozaban de gran aceptación.
La muestra estará presente hasta el 17 de mayo de 2020; posteriormente, se exhibirá en el Museo de Arte McNay de San Antonio, Texas, del 25 de junio al 4 de octubre. Para mayor información, acceder a: www.whitney.org
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