Hija del rey Jorge VI y la reina Elizabeth Bowes-Lyon, nació en Londres, Inglaterra, el 21 de abril de 1926, como tercera en la línea de sucesión al trono. Fue bautizada como princesa Elizabeth Alexandra Mary de Windsor, en honor de su madre, la reina Elizabeth; su bisabuela paterna, la reina Alexandra; y su abuela paterna, la reina Mary.
El 29 de mayo de 1926, la princesa Isabel fue la primera de la familia real en recibir el primer sacramento en la capilla del Palacio de Buckingham, a la que llegó con un vestido de encaje que había sido utilizado por la reina Isabel I.
La ascensión de Isabel II al trono, hace 70 años, cuando tenía apenas 25, fue el resultado de un hecho que cambió la historia de la familia real británica: Eduardo VIII del Reino Unido, después conocido como Eduardo, duque de Windsor, fue rey del Reino Unido y los dominios de la Mancomunidad Británica, y emperador de la India, desde el 20 de enero de 1936 –día en que murió su padre, el rey Jorge V– hasta el 11 de diciembre del mismo año, cuando abdicó voluntariamente, para poder casarse con Wallis Simpson, a quien había conocido en 1934.
Este suceso dio paso a que su padre se convirtiera en el rey Jorge VI, quien fue coronado en mayo de 1937, junto con la reina consorte Elizabeth.
Isabel tomó lecciones sobre la Constitución no escrita de Gran Bretaña, aprendió a hablar francés, a tocar el piano y a cantar. Para permitirle socializar con niñas de su edad, se formó una compañía de Guías, en el Palacio de Buckingham.
Conoció a Felipe de Grecia y Dinamarca en 1934; era hijo del difunto príncipe Andrés de Grecia y, como ella, tataranieto de la reina Victoria. Años después, en 1939, Isabel visitó con sus padres la Escuela de la Royal Navy, en Dartmouth, y, en el recorrido, fueron acompañados por Felipe. Mantuvieron correspondencia e intentaron conservar su romance en secreto, pero no funcionó.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, en 1939, Felipe prestó servicio activo, al tiempo que Isabel se enrolaba en el Servicio Territorial Auxiliar, una rama femenina del ejército, que se encargaba, principalmente, de tareas de enfermería y mecánica, donde aprendió a conducir y a reparar camiones.
A fines de la década de 1940, la salud del rey Jorge VI estaba empeorando y cada vez más sus deberes reales recaían sobre su hija mayor.
En 1942, el rey Jorge VI nombró a Isabel coronel honoraria del regimiento 500 de guardias granaderos del Ejército Real, y el 21 de abril de ese mismo año, la princesa hizo su debut público oficial, con una revista al regimiento, en el Palacio de Windsor.
En 1944, Isabel fue nombrada miembro del Consejo Privado y del Consejo de Estado, con lo cual quedó habilitada para tomar las funciones del rey durante su ausencia del país.
El 10 de julio de 1947, los reyes anunciaron los esponsales de su hija con Felipe, quien había renunciado a su derecho al trono griego y se había convertido en súbdito británico. La princesa y el recién nombrado duque de Edimburgo intercambiaron votos en la Abadía de Westminster, el 20 de noviembre de ese mismo año. Felipe se convirtió en su alteza real príncipe Felipe, duque de Edimburgo, e Isabel adquirió el título de duquesa de Edimburgo. Las nupcias iniciaron una unión que duraría 73 años, hasta la muerte de Felipe, el 9 de abril de 2021.
El ascenso de Isabel al trono
La salud del rey Jorge VI comenzó a desmejorar seriamente en el verano de 1951, por lo que Isabel lo representó en varios eventos oficiales, incluido el desfile Trooping the Colour (Desfile del Estandarte), que se celebra en el cumpleaños oficial del monarca. Esta tradición fue iniciada por el rey Jorge II, en 1748, con el objetivo de festejar en privado con la familia el aniversario del nacimiento, y de manera oficial, el segundo sábado de junio, cuando hay mejor clima. Más de mil 400 oficiales y soldados, 200 caballos y más de 400 músicos participan en el evento, en el centro de Londres.
Al año siguiente, debido al estado médico del rey, Isabel y su esposo partieron, en enero, hacia un viaje real por los estados mancomunados; al estar en Kenia, recibieron la noticia del fallecimiento del rey Jorge VI, por cáncer de pulmón. Con tan sólo 25 años, el 6 de febrero de 1952, Isabel se convirtió en reina.
El 8 de febrero, su adhesión se hizo oficial en una ceremonia solemne, en el Palacio de St. James, en Londres. Sin embargo, su coronación, en la Abadía de Westminster, tuvo lugar más de un año después, el 2 de junio de 1953, donde más de siete mil personas asistieron y otros cientos de miles llenaron las calles alrededor del Palacio de Buckingham y Trafalgar Square, para ver las bandas de la Brigada de Guardias y los grupos de las fuerzas armadas de las naciones de la Mancomunidad, seguidas por la reina, en la Carroza Oficial de Oro, tirada por ocho caballos.
Llevaba un vestido de seda blanco, bordado con los emblemas de los países de la Mancomunidad, y el Manto del Estado, hecho de terciopelo y de más de cinco metros de largo, sostenido por seis damas de honor.
En el altar, la reina prestó el Juramento de la Corona, mediante el cual se comprometió a mantener la justicia y el cumplimiento de las leyes en sus dominios, así como a defender la fe anglicana. Luego, en el momento más sagrado y antiguo de la ceremonia, el arzobispo de Canterbury ungió a la monarca con el santo óleo, cuando se sentó en la Silla de la Coronación. Al recibir el cetro, el orbe, el manto real y, finalmente, la corona, la congregación respondió con el grito de "¡Dios salve a la reina!".
Tras la ceremonia de coronación, la soberana regresó al Palacio de Buckingham y, acompañada por la familia real, realizó la primera de varias presentaciones en el balcón.
Su título oficial, desde el 26 de marzo de 1953, era: Isabel II, por la Gracia de Dios, del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte y Reina de sus otros Reinos y Territorios, Jefa de la Mancomunidad de Naciones y Defensora de la Fe.
Un largo reinado
La reina Isabel II fue la sexta mujer en ocupar el trono británico y la monarca que más tiempo estuvo en el poder. En septiembre del 2015, superó el récord impuesto por su tatarabuela, la reina Victoria, quien ascendió al cargo a los 18 años y permaneció en él 63 años y 216 días (1837-1901).
En este período, emprendió una innumerable cantidad de viajes a distintos países y estados de la Mancomunidad de las Naciones, y se convirtió en la jefa de Estado que más recorridos realizó en la historia.
Celebró aniversarios notables de su reinado, como el Jubileo de Plata, en 1977 (por 25 años); Oro, en 2002 (por 50); Diamante, en 2012 (por 60); Zafiro, en 2017, (65) y el de Platino, en junio de 2022, para conmemorar 70 años en el trono.
Fallece la reina
La reina Isabel II de Inglaterra, de 96 años, falleció el 8 de septiembre pasado, en el Castillo de Balmoral, en Escocia, donde pasó el verano.
Desde la década de los 60, comenzó a gestarse un protocolo, bajo el nombre en clave Operación Puente de Londres, que se llevaría a cabo al momento de la muerte de la monarca. Sin embargo, se puso en marcha la llamada Operación Unicornio, un plan de contingencia previsto por si la reina moría en Escocia –como, finalmente, sucedió–, para llevar su cuerpo a Londres, en un tren real; en caso de no ser posible, se activaría la Operación Sobreestudio, y el ataúd se transportaría en avión.
Los operativos indican los pasos a seguir en las horas y días posteriores al fallecimiento, hasta el funeral de Estado.
El día del deceso, el protocolo se activa al pronunciar la frase "el puente de Londres ha caído" y se denomina, en los documentos, como 'Día D', mientras que los siguientes se mencionan como 'D+1', 'D+2' y así sucesivamente hasta el día del funeral, que está programado para el ‘D+10’.
Los planes para el funeral han estado en proceso durante 20 años, y la reina hizo algunas solicitudes, como que se llevara a cabo en el mismo lugar de su boda y su coronación –la Abadía de Westminster– y que el gaitero real tocara un lamento al final del entierro.
Cuando el cortejo fúnebre de la reina Isabel II se dirigió desde el Palacio de Buckingham a la Abadía de Westminster, su carruaje fue tirado por un caballo sin jinete (también conocido como el ‘cargador solitario’), que simboliza a un soldado caído: Isabel II fue el primer miembro femenino de la Familia Real que sirvió en el ejército, y ostentó más de 50 rangos y nombramientos en las Fuerzas Armadas del Reino Unido y la Commonwealth durante su reinado.
Su féretro, cubierto con el estandarte real, estaba rodeado de filas de guardias y soldados uniformados; sin embargo, delante de ella no había nadie.
En la parte superior de la bandera Royal Standard, que cubría el ataúd, estaban la Corona del Estado Imperial, el Cetro Soberano y el Orbe del Soberano, mismos que fueron retirados durante el servicio de entierro, por el joyero de la corona. El final de su reinado se marcó cuando el Lord Chamberlain rompió su bastón de mando sobre el trono.
La corona se hizo para el padre de la reina, el cetro representa el poder de un monarca en el ámbito secular, y el orbe simboliza su poder en el mundo cristiano.
En el servicio, se cantaron varios himnos que fueron significativos para la reina: El día que diste, Señor, ha terminado; el Señor es mi pastor se entonó en su boda, en 1947, y Amor divino, todos los amores sobresalen se cantó en la ceremonia nupcial de William y Kate, en 2011. También, se compusieron dos himnos especialmente para el servicio.
La reina fue enterrada
El ataúd del príncipe Felipe fue trasladado junto al de la reina, para bajarlos a la cripta, uno arriba de otro, para que descansen juntos, e Isabel II se encuentre nuevamente, en la capilla conmemorativa del rey George VI, con sus padres, el rey George VI y Elizabeth, la reina madre, y con las cenizas de su hermana, la princesa Margarita.
Se avecinan cambios
La segunda era isabelina ha llegado a su fin y la Familia Real, ahora, se reagrupará en torno a un nuevo monarca, para la próxima era en la historia británica.
Con el fallecimiento de la reina Isabel II, el himno, los pasaportes, los uniformes oficiales y hasta los buzones de correo deberán cambiar las iniciales que llevaban de ella (EIIR, por Elizabeth II Regina) por las del nuevo rey (CIIIR, por Carlos III Rex). En cuanto al dinero, el rostro de Carlos III se plasmará mirando hacia la izquierda, debido a la tradición de que el heredero al trono se sitúe en posición contraria a la de su antecesor.
Y en lo que se refiere a las banderas, todas tenían los colores de la reina, sus iniciales o elementos escogidos por ella; ahora, deberán ser renovadas para hacer alusión al soberano en turno. Además, existe una bandera especial que indicaba cuando la reina estaba en una de las residencias reales. Ésta representaba a tres de los cuatro países de Reino Unido: Escocia, Irlanda e Inglaterra. Cabe la posibilidad de que Carlos III incluya al cuarto país, Gales, en el nuevo reinado.
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