top of page

Se exhibe, por primera vez, la bóveda de la Capilla Sixtina

  • Foto del escritor: Redacción Relax
    Redacción Relax
  • 2 nov
  • 1 Min. de lectura
ree

El primero de noviembre de 1512, día de Todos los Santos, el Vaticano abrió, por primera vez al público, la bóveda de la Capilla Sixtina, sede oficial del Cónclave. La construcción debe su nombre al Papa Sixto IV della Rovere (pontífice desde 1471 hasta 1484), quien hizo reestructurar la antigua Capilla Magna, entre 1477 y 1480; sin embargo, la decoración de la bóveda fue encargada por el papa Julio II, en 1508, al artista Miguel Ángel Buonarroti, cuyo trabajo –que culminó tras cuatro años de ardua labor en condiciones físicas y técnicas extremas– marcó un antes y un después en la historia del arte y del pensamiento renacentista


La pintura, realizada con la técnica del buon fresco, abarca más de 300 figuras y representa escenas del Génesis, incluyendo la célebre “Creación de Adán”. Miguel Ángel, conocido, hasta entonces, como escultor, revolucionó la pintura mural, al combinar proporción, movimiento, anatomía y simbolismo teológico con una profundidad visual sin precedentes.

La apertura de la bóveda de la Capilla Sixtina al público fue recibida con asombro; se menciona que los asistentes quedaron maravillados ante la monumentalidad de la obra, que transformó, para siempre, la percepción del arte sagrado. Desde entonces, la bóveda se considera una de las mayores expresiones del genio humano, uniendo la fe, el arte y la ciencia en un mismo lenguaje visual.

Comentarios


bottom of page