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  • Foto del escritorRedacción Relax

El simbolismo del murciélago

Actualizado: 7 jun 2020



"...y los murciélagos que nacían noche a noche, a cada puesta de sol, se han dormido para siempre como ensimismados faquires". C. J. Cela

Los murciélagos son de las pocas especies con una imagen negativa, y la aversión que acompaña a estos animales ha de atribuirse a sus hábitos nocturnos, a su estremecedora estructura facial, a la extraña conformación de sus extremidades o al ámbito siniestro de sus refugios. Su aspecto ha hecho que la imaginación popular los convierta en animales de mal agüero, compañeros inseparables de brujas y duendes, que evocan historias de casas encantadas, cementerios y vampiros sedientos de sangre. Pero la verdad de estas leyendas es que son tan fascinantes como los mitos de los que se ven rodeados.

Simbolismo y superstición


Para los griegos el murciélago era un animal híbrido, de aspecto siniestro y fantasmal, sin embargo, fue considerado símbolo de inteligencia por su habilidad para volar en la noche sin tropezar con los obstáculos.


Se les han atribuido poderes naturales, así, las brujas de las diferentes razas primitivas los utilizaban como parte de sus amuletos, y también en los preparativos del aquelarre en que se hacía el ungüento de las brujas, compuesto por sangre de murciélago, polvo de campana y hollín.


En Polinesia los asocian con los antepasados (Pu) y los espíritus (atua); en África, según una tradición iniciática peúl, el murciélago tiene doble significado: la imagen de la perspicacia y la figura del enemigo de la luz. En América del Sur, los fenómenos celestes y las constelaciones ocupaban un lugar especial en los mitos, como los baikari, que creían que los eclipses eran causados por inmensos murciélagos que escondían el cielo con sus alas.

Mitológicamente hablando


Las supersticiones, mitos y leyendas son abundantes alrededor del mundo, pueden observarse imágenes de esta figura en columnas de piedra, jeroglíficos y jarrones de arcilla que fueron hallados en las excavaciones cerca de los templos de hace dos mil años. Muchas relacionan a estos mamíferos voladores con la oscuridad, con seres sobrenaturales y con fenómenos paranormales, las historias oscuras sobre murciélagos tienen raíces muy antiguas.

En Europa simboliza la noche, el misterio, es el animal de las cuevas de la tierra que representa lo más profundo del subconsciente.


Para los mesoamericanos eran símbolo del inframundo, el lugar de los muertos y la destrucción; fueron representados en su arte en vasijas y urnas funerarias. En la cultura moche, en el actual Perú, también incorporaron murciélagos en sus objetos de cerámica. En Tonga, un país en medio del océano Pacífico, los murciélagos son animales sagrados y la manifestación visible del alma.


La mitología maya honraba a un murciélago en su panteón de deidades: el dios Zotz, representado como un humano con la cabeza y las alas extendidas de los murciélagos, y lo reverenciaban sacrificándole animales y llevando tamales y flores. Estuvieron fuertemente relacionados con los escribas, son muestra de ello, varias imágenes en los vasos estilo códice, lo que nos sugiere que, los copistas lograban transportarse al inframundo gracias a ellos y conocían los designios de los dioses, para después plasmarlo en los textos.


En América del Norte, el murciélago es un tótem bien considerado por los indios de varias tribus, a nivel chamánico es uno de los tótems más importantes.

Y en el arte y la literatura


En la literatura, los murciélagos y vampiros, aparecieron en la portada de la novela Varney, el vampiro o el festín de sangre (1847) de James Malcolm Rymer.


En la música, la opereta titulada El murciélago (Die Fledermaus), compuesta por Johan Strauss II, trata sobre un hombre que fue abandonado en la calle, estando vestido como murciélago y ridiculizado después, por lo que decide vengarse.


En España, el murciélago está frecuentemente representado en la escultura gótica, en las sillerías de coro de las catedrales de Yuste, Astorga, León y Sevilla, en las que aparece con sus alas membranosas extendidas.


Leonardo da Vinci, genial pintor y científico, apreció a los murciélagos de forma diferente, y para la construcción de su máquina voladora usó el patagio del murciélago como modelo; la forma de las alas y las estructuras que las mantenían muestran similitud con sus extremidades.


En China y Japón, es considerado como símbolo de buena suerte a causa de que su nombre (fu) significa murciélago, además de buena fortuna. Un talismán típico es un medallón que representa a un árbol con raíces y ramas como símbolo de vida. El árbol está rodeado por cinco murciélagos que representan fortuna, longevidad, salud, amor a la virtud y muerte natural.


Tienen un sin fin de cualidades que los hace especiales, de ahí su presencia simbólica en el arte y la literatura. Por sus diferentes significados con la asociación con dioses y seres sobrenaturales, se les relacionó con la noche, la oscuridad y la muerte, y fueron bautizados como “los señores de las tinieblas”.


Puede decirse que la creencia en el vampirismo, aunque intensa, fue efímera, pero su atractivo literario, ha seducido desde su aparición a poetas y narradores. Como muestra de ello tenemos Drácula, novela de horror de Bram Stoker. A través del cine se mantiene la creencia de que sólo esperaban el momento en que la víctima se dormía para morderla en el cuello y chuparle la sangre. La idea de ello se originó en los viajeros que dormían en la cubierta de los barcos que regresaban del Nuevo Mundo. Películas como Nosferatu: una sinfonía de horror, basada en Drácula, también abordó al murciélago como una de las formas que adoptaba; The bat whispers tiene como personaje principal a un criminal llamado “The bat”; las protagonizadas por los actores Bela Lugosi y Christopher Lee, con los murciélagos como criaturas inseparables a ellos; y no podemos dejar de mencionar a Batman, uno de los personajes más famosos del cine y la televisión contemporáneos, que apareció por primera vez en 1939.

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