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  • Foto del escritorRedacción Relax

La belleza de nuestro idioma, el español



Desde que somos pequeños, se nos enseña, primero, a hablar y a escribir correctamente la lengua de nuestro lugar de origen. Así, en nuestro caso, aprendemos todo lo relacionado con la gramática española. Luego, cuando estudiamos otro idioma, sea cual sea, nos encontramos con que puede ser de mayor o menor complejidad que el nuestro, con más o menos caracteres, reglas ortográficas distintas e, incluso, alfabeto diferente. Es en ese momento cuando se nos vienen a la mente preguntas como ¿por qué hay tantas leguas y tan variadas?, ¿de dónde viene la nuestra?, ¿cómo fue que se inventó? o ¿por qué algunos se refieren a ella como castellano?


Para responder a esas cuestiones, es necesario hacer un breve viaje al pasado. Entre los siglos III y I a. C., cuando el Imperio romano conquistó toda la región que rodea al mar Mediterráneo, impuso el latín como idioma oficial, el cual, al mezclarse con las lenguas nativas de la zona, dio origen a las llamadas lenguas romances: italiano, portugués, francés, rumano, catalán y, por supuesto, el español, que nació, específicamente, en el centro de la península ibérica –lo que hoy es España y Portugal–, donde los celtas, tartesios, fenicios, celtíberos y algunos griegos estaban asentados. Por ello, mucho de nuestro vocabulario está fuertemente influenciado por los dialectos de estas culturas.


Español contra castellano


Al igual que el español, el castellano es el resultado de la fusión entre las lenguas locales y el latín, pero la diferencia radica en que el castellano surgió a partir del latín vulgar –no de la forma culta que utilizaban los eruditos para hablar o escribir libros– en la región de Castilla.


Posteriormente, como consecuencia de las invasiones bárbaras, el castellano, a su vez, adoptó palabras del germano, como yelmo o guerra; y cuando los árabes conquistaron la península, estableciéndose ahí durante 700 años, aportaron más de 4 mil vocablos, tales como algodón, (al-qutun), sandía (sandíyya), almohada (almuhadda), entre muchos otros.


En 1492, los reyes Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón expulsaron a los árabes y declararon al castellano como el idioma oficial, cuya gramática y ortografía fueron unificadas por los eruditos, quienes lo extendieron por todo el reino, surgiendo, luego, el español áurico, con algunas variaciones regionales de pronunciación.


Con la conquista de América, el vocabulario de la lengua española se enriqueció aún más, al incorporar palabras de origen náhuatl, maya, quechua, entre otras. Debido a estas modificaciones espaciotemporales, la delgada línea que diferenciaba al español del castellano se fue difuminando hasta ser casi imperceptible, permitiendo que sean tomados como sinónimos.


El español en cifras


Es una de las lenguas más importantes del mundo, pues la ONU la reconoce como idioma oficial por considerarlo de gran valor para las labores de dicha organización –junto con el árabe, el chino, el francés, el inglés y el ruso–. Por ello, determinó el 23 de abril como el Día Mundial del Español.


Es el idioma oficial de 21 países alrededor del orbe, la mayoría de ellos, de Latinoamérica: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guinea Ecuatorial, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, España, Uruguay y Venezuela. También, se habla en Puerto Rico y, aunque no es la lengua principal, en Estados Unidos, Belice, Andorra y Gibraltar.


Con datos de 2019, la revista Ethnologue indicó que, tan sólo debajo del mandarín, el español era el segundo idioma más hablado en el mundo, con más de 550 millones de personas, de las cuales, 480 lo tienen como lengua materna.


Es la tercera lengua más estudiada del mundo, después del inglés y el francés, y es una de las más complicadas. En Estados Unidos, por ejemplo, el 50 % de los estudiantes universitarios lo prefieren, en comparación con el 12 % que se inclina por el idioma francófono.


Según Statista, en 2021, en México, había 124.85 millones de hablantes nativos; seguido de Colombia, con 50.64 millones; y Argentina, con 44.94 millones; mientras que, en España, se contaron 43.64 millones.


Otras curiosidades

  • El español es el más rápido del mundo, contando la cantidad de sílabas que se pueden pronunciar en un segundo.

  • Es el único que emplea los signos de exclamación y admiración al inicio y al final de los enunciados de este tipo.

  • Con 23 letras, la palabra ‘electroencefalografista’ es la más extensa de todas las que se encuentran en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Pero existen otros vocablos, como este –y lo retamos a pronunciarlo completo–: ‘hipopotomonstrosesquipedaliofobia’, que, irónicamente, significa miedo a las palabras largas.

  • En el término ‘centrifugados’, no se repite ninguna letra.

  • La palabra ‘oía’ tiene tres sílabas en tan sólo tres letras.

  • En ‘aristocráticos’, cada letra aparece dos veces.

  • La palabra ‘cinco’ está formada por cinco letras; una coincidencia que no se registra en ningún otro número.

  • Las palabras ‘ecuatorianos’ y ‘aeronáuticos’ se forman con las mismas letras, pero ordenadas de manera diferente, como ocurre con arroz y zorra, y amor y Roma.

  • El término ‘estuve’ contiene cuatro letras consecutivas tal y como aparecen en el alfabeto: s-t-u-v.

  • Con nueve letras, ‘menstrual’ es el vocablo más largo que contiene sólo dos sílabas.

  • La palabra ‘pedigüeñería’ incluye los cuatro firuletes que forman parte de nuestro idioma: la virgulilla de la ñ, la diéresis sobre la u, y el acento y el punto en las íes.


Y podríamos continuar. No cabe duda de que nuestro idioma es muy bello.

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