Se inventa el baloncesto

El 21 de diciembre de 1891, el profesor de educación física James Naismith buscaba una forma de mantener activos a sus estudiantes durante los fríos inviernos en la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA) de Springfield, Massachusetts, Estados Unidos (ahora, llamada Universidad de Springfield). Su objetivo era crear un juego que fomentara la cooperación y la disciplina, sin el contacto brusco de otros deportes. Con ese propósito, ideó un conjunto de trece reglas básicas y colocó dos canastas de melocotones en los extremos del gimnasio. Así nació el baloncesto, un deporte que cambiaría, para siempre, la historia del ejercicio físico y la educación deportiva.

Se menciona, en la página oficial de la escuela, que Naismith se inspiró en un juego de su infancia, al que llamaba "el pato sobre una roca" (duck on a rock), que consistía en intentar alcanzar un objeto colocado sobre una roca, lanzándole una piedra. James contaba con 18 alumnos, por lo que formó dos equipos de nueve jugadores. Más tarde, se dice, redujo el número a siete, y, después, a los actuales cinco jugadores.

El primer partido, jugado con un balón de futbol y equipos de nueve jugadores, terminó 1-0, pero marcó el inicio de una práctica que, pronto, se difundió por todo Estados Unidos y por el mundo. Naismith nunca buscó riqueza ni fama por su creación; veía el deporte como una herramienta para formar el carácter y promover el respeto mutuo. En 1936, el baloncesto debutó como deporte olímpico, y Naismith pudo presenciar cómo su idea —nacida en un gimnasio modesto— se convertía en una pasión global que unía a millones de personas.