Para promover el uso de espacios universitarios de valor histórico, existe el programa de Uso de inmuebles propiedad de la UNAM, con el que Fundación UNAM promueve la generación de recursos para la preservación y el apoyo a otras iniciativas que se han desarrollado con fines educativos, cultura e investigación.
Son doce inmuebles los que la Fundación UNAM tiene en comodato, en esta edición les contamos de algunos de ellos.
Palacio de la Autonomía
Este edificio, que fue sede de la primera Rectoría, es testigo del movimiento estudiantil que provocó uno de los cambios trascendentales para esta institución: la obtención de la autonomía en 1929.
En la época colonial –siglos XVII y XVIII– fue el convento de Santa Teresa la Antigua, donde residió la orden de los Carmelitas Descalzos de San José. En 1859 el edificio fue vendido y utilizado como residencia, almacén y cuartel militar. En 1890, el arquitecto Manuel F. Álvarez realizó el proyecto de la Escuela Normal de Maestros.
Entre 1933 y 1978, fue ocupado por diferentes escuelas: Iniciación Universitaria, Comercio y Administración, Odontología, Enfermería y Obstetricia, así como los campus 2 y 7 de la Escuela Nacional Preparatoria.
Actualmente, alberga la Sala de la Odontología Mexicana, la Fonoteca de Radio UNAM, y es sede externa del Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras.
Academia de San Carlos
La Real Academia de Nobles Artes de San Carlos de Nueva España, dedicada a la enseñanza de la arquitectura, pintura, escultura y grabado, se fundó en 1781 en honor de Carlos III. Originalmente, estuvo ubicada en la Casa de Moneda, y en 1791 se trasladó al edificio actual, antiguo Hospital del Amor de Dios.
Este recinto, diseñado en 1864 por el arquitecto Javier Cavallari, es una construcción de estilo neoclásico con influencia renacentista. En su interior, el patio con arcos alberga, bajo un majestuoso domo de hierro fundido, una serie de esculturas –copia en yeso de piezas originales– como la Victoria de Samotracia, la Venus de Milo y el Moisés.
En los siglos XVIII y XIX fue centro medular de la creación artística en América, siguiendo las corrientes francesas, inglesas y españolas; para el siglo XX surgió un movimiento con características de mexicanidad, que dio pie al muralismo.
Durante la Revolución, la Academia estuvo cerrada, después se reabrió como Escuela Nacional de Bellas Artes y en 1910 se incorporó a la Universidad Nacional de México. Actualmente, alberga a la división de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, al Museo de la Academia y tiene salas para exposiciones temporales.
Antigua Escuela de Jurisprudencia
Este edificio fue sede del convento de Santa Catalina de Siena, fundado en 1593 por un grupo de monjas dominicas originarias de Oaxaca. Sus principales promotoras fueron tres hermanas conocidas con el nombre de las Phelipas, quienes donaron su casa como sede y entregaron sus haciendas para la manutención de las religiosas. Su construcción se realizó entre 1619 y 1623, y fue renovado en 1823.
Durante la época virreinal, la enseñanza del Derecho se impartía en facultades de Cánones y Leyes, establecidas desde 1533 con la instauración de la Real Universidad de México. A causa de la clausura de la Universidad en 1833, se creó el Establecimiento de Jurisprudencia, cuya escuela se instaló en el Antiguo Colegio Jesuita de San Ildefonso.
En 1868 se fundó la Escuela Nacional Preparatoria, por lo que la sede de la Escuela de Jurisprudencia se trasladó al ex convento de la Encarnación, luego al de Enseñanza y finalmente, en 1908, se asentó en este edificio, el cual pasó a formar parte del patrimonio universitario.
Antiguo Colegio de San Ildefonso
Establecido por la Compañía de Jesús en el siglo XVI, bajo el mando del Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, funcionó como seminario. Sin embargo, la calidad de su enseñanza le llevó a convertirse en uno de los centros educativos jesuitas más famosos de la América española.
El edificio fue construido entre 1712 y 1749, bajo el rectorado del Padre Cristóbal de Escobar y Llamas. El inmueble ha sufrido importantes transformaciones para adecuarlo a los diversos usos que se le dieron desde la salida de los jesuitas en 1767, entre otros, sede del Regimiento de Flandes y de las escuelas de Derecho, Medicina, Medicina Veterinaria y Agricultura, hasta que en 1867 se convirtió en la Escuela Nacional Preparatoria.
Actualmente, se integra de dos partes: la perteneciente al barroco de la primera mitad del siglo XVIII, con tres grandes patios, sobre la calle de San Ildefonso, y la añadida al sur de la anterior, con dos patios, que incluye el anfiteatro Simón Bolívar, sobre la calle de Justo Sierra, edificada entre 1907 y 1931.
El Antiguo Colegio es una construcción característica de muros de mampostería con fachadas recubiertas, con grandes patios de tezontle rematados por marcos, cornisas, pilastras y portadas de Chiluca, que lo convierte en un extraordinario exponente de la arquitectura dieciochesca de la Ciudad de México.
Casa del Lago Juan José Arreola
La Casa del lago es uno de los recintos más atractivos por su belleza arquitectónica y su magnífica vista hacia el Alcázar del Castillo de Chapultepec. La construcción tiene un estilo afrancesado, de pequeñas dimensiones y de planos originales, realizado en mampostería para hacerla duradera y sólida.
Su origen data de 1906, cuando por disposición de Porfirio Díaz se convirtió al Bosque de Chapultepec en un parque público como parte de los festejos del centenario de la Independencia, destacando la creación de los lagos al pie de la colina del castillo.
Se edificó para albergar, a un club de automovilistas mexicanos y fue inaugurada en abril de 1908.
Para 1930 pasó a ser propiedad de la UNAM, y a partir de 1959 se constituyó como el primer centro cultural universitario extramuros. Desde entonces, es uno de los recintos más importantes de la capital mexicana. Actualmente se realizan diversas actividades artísticas, entre las que destacan talleres, cursos, exposiciones, obras de teatro, conciertos, cine y espectáculos multidisciplinarios.
Casa Universitaria del libro
El predio ubicado en las calles de Orizaba y Puebla, en la colonia Roma, fue adquirido en 1914 por el matrimonio formado por Joaquín Baranda Mac Gregor y Dolores Luján Zuloaga, quienes encargaron la construcción de la casona al ingeniero Manuel Gorozpe, que la terminó en 1925.
Esta magnífica residencia –joya de la arquitectura ecléctica– fue edificada en tres niveles. Resguardada por una hermosa reja de hierro forjado, su fachada está revestida en cantera labrada. En su interior, el gran vestíbulo hexagonal armoniza con el corredor volado de piso alto, elíptico y la cúpula que corona la estancia. A los pisos superiores se encuentran diferentes salas a las cuales se puede acceder por una escalera con un vitral emplomado. Los pisos de granito combinan dibujos de color negro, rosa, blanco y crema, que simulan el giro de un enorme molino.
La edificación perteneciente al matrimonio, se rentó a la embajada de Brasil de 1940 a 1945.
En abril de 1945 el Centro Asturiano compró el inmueble y un terreno de dos mil 293 metros junto donde construyó un edifico anexo con restaurante, salones de fiesta y boliche, que fue su sede social hasta 1985, cuando inauguraron otro inmueble. En 1986 la cedió en comodato a la UNAM, bajo el cuidado de la Coordinación de Humanidades, medida que permitió que el edificio se convirtiera en un foro permanente para la difusión y promoción de la cultura impresa.
Museo de Geología
Conocido como el Palacio de las Ciencias de la Tierra, está ubicado en el corazón de la colonia Santa María la Ribera. Este majestuoso edificio del porfiriato alberga las colecciones geológicas más importantes de México, y divulga el conocimiento científico de las ciencias de la Tierra.
El diseño del edificio es de estilo ecléctico, con detalles franceses alternados con motivos prehispánicos. Su fachada está labrada en roca volcánica y tiene un hermoso trabajo de cantera traída de Los Remedios, Estado de México, que es la misma con la que se construyó el Palacio de Minería y el Colegio de San Ildefonso. Está decorada con figuras de fósiles de peces, conchas y reptiles en alto y bajorrelieve.
En el cuerpo central destacan tres arcos decorados y en el pasillo interior, a ambos lados, se aprecia el escudo nacional de la época.
En el primer piso hay una pequeña terraza con ocho columnas y se pueden apreciar cuatro medallones con los bustos de pensadores de las Ciencias de la Tierra; en la parte superior, el centro de la fachada del edificio está rematado con un reloj.
Al entrar, hay un espacioso vestíbulo que tiene pisos de mosaico y una majestuosa escalinata estilo art nouveau. En la parte superior de esta área, diez lienzos del paisajista mexicano José María Velasco, representan parte de la evolución de la vida sobre la tierra. Los pisos son de parqué francés y los muebles, elaborados especialmente, tienen grabado un mazo y un martillo, elementos integrales del emblema del Instituto de Geología.
Fue diseñado para ser utilizado como instituto de investigaciones, con oficinas y laboratorios en el primer piso, así como museo científico, con salas de exhibición permanente en la parte baja.
Lo invitamos a seguir la serie de la UNAM, donde le compartiremos datos interesantes y curiosidades.
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