
Pese a que el territorio de Alaska fue adquirido por el gobierno estadounidense en 1867, por 7.2 millones de dólares, que pagó al zar Alexander II de Rusia, fue casi un siglo después, el 3 de enero de 1959, cuando el presidente en turno de Estados Unidos de América, Dwight D. Eisenhower, luego de aprobar el Acta Estatal, lo admitió de manera oficial como el estado número 49 del país. Inmediatamente, iniciaron los trabajos de rediseño de la bandera, para incluir una nueva estrella, como referencia a Alaska.
La adquisición de Alaska significó una extensión territorial de Estados Unidos de poco más de 1.7 millones de kilómetros cuadrados, y, aunque, al principio, la compra fue severamente criticada, hoy, es considerada una de las mejores inversiones del país, ya que la región es rica en recursos naturales, como depósitos de oro y yacimientos de petróleo; además, sirvió como punto estratégico militar durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Es el estado más grande de Estados Unidos y el cuarto menos poblado, después de Dakota del Norte, Vermont y Wyoming.
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