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Julieta Fierro y la aventura de contar el universo

  • Foto del escritor: Redacción Relax
    Redacción Relax
  • hace 2 horas
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Foto: Gaceta CCH UNAM
Foto: Gaceta CCH UNAM

Julieta Fierro fue una de las científicas mexicanas más queridas y reconocidas, por su incansable labor de divulgación. Astrónoma, investigadora y escritora, dedicó su vida a compartir la belleza del universo con niños, jóvenes y adultos, demostrando que la ciencia puede ser cercana, emocionante y profundamente humana.


Una vida entre estrellas y preguntas


Julieta Norma Fierro Gossman nació en la Ciudad de México, en 1948, en un tiempo en el que pocas mujeres se aventuraban a estudiar ciencias exactas. Desde pequeña, mostró una curiosidad inagotable por el cielo, las estrellas y los misterios del universo. Su infancia estuvo marcada por una mezcla de sensibilidad artística —heredada de su familia— y un profundo amor por el conocimiento científico. Esa dualidad, entre la creatividad y la precisión de la ciencia, marcaría toda su trayectoria.


Ingresó a la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde eligió estudiar física y, más tarde, una maestría en astrofísica. No fue un camino sencillo, pues el mundo académico estaba dominado por hombres y la presencia femenina era escasa. Sin embargo, su determinación y entusiasmo la llevaron a destacarse no sólo como estudiante, sino, también, como una joven investigadora, con un estilo particular: la pasión por contarle al mundo lo que iba descubriendo.


Con el tiempo, se convirtió en investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, donde realizó estudios sobre el medio interestelar, las regiones HII (zonas de formación estelar) y la composición química de las galaxias. Pero, más allá de sus aportes técnicos, su verdadero legado comenzó a gestarse en un terreno distinto: la divulgación científica. Para Julieta Fierro, el conocimiento no tenía sentido si permanecía encerrado en laboratorios y aulas; debía ser compartido con todos, sin importar edad, formación o profesión.

 

Investigaciones que miran hacia el cosmos


Aunque la faceta más conocida de Julieta Fierro es la de divulgadora, su carrera científica se centró en investigaciones relevantes en astrofísica. Durante sus años como investigadora en el Instituto de Astronomía de la UNAM, estudió la composición química de las nubes de gas en la Vía Láctea y en otras galaxias. Sus análisis del medio interestelar han contribuido a comprender mejor cómo nacen las estrellas y cómo evoluciona el universo.


En particular, trabajó con las llamadas regiones HII, zonas de gas ionizado donde se forman estrellas masivas. El estudio de estas regiones permite conocer el contenido de elementos químicos, como oxígeno, carbono o nitrógeno, en el espacio, lo cual da pistas sobre la historia química de las galaxias. Este tipo de investigaciones ayudan a responder grandes preguntas, por ejemplo, ¿cómo surgieron los elementos que, hoy, forman parte de la Tierra y de nosotros mismos? o ¿qué procesos determinan la evolución de una galaxia?


Más allá de la investigación pura, Julieta Fierro defendió la importancia de que la ciencia se ponga al servicio de la sociedad. En varias entrevistas, destacó cómo los descubrimientos astronómicos no sólo responden preguntas abstractas, sino que, también, inspiran tecnologías, nuevas formas de pensar y hasta cambios culturales. Ella consideraba que la astronomía es una manera de recordar que todos somos parte de un universo vasto y compartido.


A lo largo de su carrera, publicó más de 40 libros, muchos de ellos, dedicados a públicos no especializados. Su estilo es sencillo, claro y, siempre, acompañado de ilustraciones, metáforas y ejemplos que hacen que hasta los temas más complejos parezcan cercanos.


Estos libros no son simples manuales, sino verdaderas invitaciones a imaginar. Fierro sabía que la curiosidad es un motor poderoso y que, si se alimenta a tiempo, puede transformar vidas. Sus textos han sido traducidos a varios idiomas y forman parte de programas educativos en México y América Latina.

 

La voz femenina que abrió caminos en la ciencia


La importancia de Julieta Fierro trascendió sus investigaciones. Fue una pionera en abrir las puertas para otras mujeres dentro de la ciencia mexicana. En una época en la que ser científica era casi un acto de rebeldía, Fierro demostró que el conocimiento y la pasión no tenían género. Su figura se convirtió en inspiración para varias generaciones de jóvenes que comenzaron a ver a la ciencia como un espacio al que también podían pertenecer.


Fierro no sólo dio clases en la UNAM, también, impartió conferencias en más de cuarenta países, siempre, con un estilo cercano, divertido y profundamente humano. Tuvo el don de explicar lo complejo, con palabras sencillas, sin perder la rigurosidad académica. Su manera de comunicar se alejó del lenguaje frío de los manuales: utilizaba metáforas, ejemplos cotidianos y hasta un toque de humor, que atrapaba tanto a niños como a adultos.


Gracias a esta vocación, ocupó cargos clave en la divulgación científica. Fue directora de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, una de las instituciones más importantes en el ámbito hispanoamericano. También, participó en la fundación de la sala de astronomía del Museo Universum, el primer museo de ciencias en México, donde, también, llegó a ser directora.

En 1995, fue nombrada investigadora nacional nivel III, por el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), uno de los mayores reconocimientos para la comunidad científica en el país. También, fue vicepresidenta y presidenta de la Comisión de Educación de la Unión Astronómica Internacional, y presidenta de la Academia Mexicana de Profesores de Ciencias Naturales y de la Asociación Mexicana de Museos de Ciencia y Tecnología. Además, perteneció a la mesa directiva de la Sociedad Astronómica del Pacífico. Fue elegida miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua y tomó posesión de la silla XXV, el 26 de agosto del 2004.


Su voz estuvo presente en medios de comunicación, programas de radio, televisión y publicaciones, convirtiéndose en un puente entre la ciencia y la sociedad.


El impacto de su figura femenina en la ciencia no se limita al terreno académico. Es un ejemplo de cómo la pasión puede vencer las barreras sociales, culturales y de género. Para muchas mujeres mexicanas, ver a Julieta Fierro en conferencias o en televisión fue la primera vez que se identificaron con una científica.


Lamentablemente, Julieta Fierro falleció el pasado 19 de septiembre, a los 77 años de edad, elevándose, estamos casi seguros, a uno de los lugares que más amó, aquel paraíso repleto de estrellas. Su legado es indiscutible; ella demostró que la ciencia no sólo se hace en laboratorios, también, se comparte en aulas, libros y museos. Su vida es testimonio de pasión, creatividad y entrega. Como investigadora, escritora y divulgadora, acercó las estrellas a generaciones enteras, recordándonos que el conocimiento es un derecho y una fuente infinita de maravilla.

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