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Las secuoyas, los árboles más grandes del mundo

  • Foto del escritor: Redacción Relax
    Redacción Relax
  • 2 jun
  • 5 Min. de lectura


Hace más de 200 millones de años, cuando los dinosaurios aún caminaban por la Tierra y los continentes apenas comenzaban a separarse, ya existían las primeras secuoyas. Eran testigos silenciosos del Jurásico, con sus ramas extendidas hacia cielos antiguos y húmedos. Hoy, esa misma especie de árboles colosales —sus descendientes— sobrevive en un rincón diminuto del planeta: un territorio de unos 48 mil acres, escondido entre las laderas occidentales de la Sierra Nevada de Estados Unidos.


Las últimas secuoyas gigantes viven esparcidas en 73 arboledas, como pequeños reinos ocultos, donde el tiempo se comporta de otra manera. En el norte, alcanzan hasta el condado de Placer, en el Bosque Nacional Tahoe; hacia el sur, se refugian en el Monumento Nacional de la Secuoya Gigante. Allí, cada árbol parece sostener siglos en sus anillos, como si fueran bibliotecas vivas de la historia del planeta.


De acuerdo con la página Save the Redwoods League, una organización que apoya la preservación, protección y restauración de los bosques de secuoyas, fue en 1852 cuando el mundo se maravilló por primera vez ante la magnitud de estas criaturas verdes. El hallazgo, en lo que hoy es el Parque Estatal Calaveras Big Trees, causó asombro. Al año siguiente, uno de esos gigantes —bautizado como el Árbol del Descubrimiento— fue talado con esfuerzo titánico. Tenía mil 244 años. Su tocón era tan vasto que lo convirtieron en pista de baile, como si el hombre celebrara, inconscientemente, la caída de un antiguo guardián.


En las décadas siguientes, varias arboledas fueron taladas, con esperanza de riqueza, pero el resultado fue, en su mayoría, un fracaso. La madera, frágil y pesada, no resistía las caídas y se partía con estrépito; por lo tanto, terminaba convertida en postes, tejas o fósforos. Así de efímero era el destino que le daba el ser humano a quienes habían vivido más de un milenio. Sólo con la creación del Parque Nacional de las Secuoyas comenzó a vislumbrarse otro camino: el de la protección y la reverencia.


¿Qué es una secuoya?

El término secuoya (la forma más común) o secoya, viene de sequoia, que, se dice, surgió en honor de Sequoyah, un líder y erudito nativo americano Cheroqui, y puede referirse a dos especies distintas de árboles pertenecientes a la familia Cupressaceae:

 

1.     Sequoiadendron giganteum (secuoya gigante), conocida por ser el árbol con mayor volumen del mundo.

  1. Sequoia sempervirens (secuoya roja o costera), que ostenta el récord del árbol más alto del planeta.


Ambas especies son nativas de California, aunque crecen en regiones distintas. La secuoya costera se encuentra a lo largo de la costa del Pacífico, desde el sur de Oregón hasta el centro de California; mientras que la secuoya gigante prospera en las laderas occidentales de la Sierra Nevada.

La secuoya costera más alta conocida se llama Hyperion, y fue descubierta en 2006, por dos excursionistas, Chris Atkins y Michael Taylor, en el Parque Nacional Redwood, en California, a unos 500 kilómetros al norte de San Francisco. Mide aproximadamente 115.85 metros de altura, lo que equivale a un edificio de casi 40 pisos.


Por otro lado, sabemos que la secuoya gigante más voluminosa en la actualidad es el General Sherman, que se encuentra ubicada en el Parque Nacional de las Secuoyas (Sequoia National Park), en California, Estados Unidos. Este coloso tiene un volumen de madera de más de mil 487 metros cúbicos, una altura de más de 83 metros, con una base que supera los 11 metros de diámetro, y una edad estimada de entre 2 mil 300 y 2 mil 700 años. Es uno de los árboles con mayor altura, de los más anchos y más longevos del planeta, ya que muchas secuoyas rojas costeras superan los 600 años.


Las secuoyas impresionan por su tamaño; su corteza puede alcanzar hasta 60 centímetros de grosor y es resistente al fuego, a insectos y enfermedades, lo que contribuye a su extraordinaria longevidad. Paradójicamente, el fuego moderado, incluso, les beneficia, ya que les ayuda a abrir sus conos y liberar semillas.


Caminata entre secuoyas

Caminar entre secuoyas no es una aventura cualquiera. Algunos visitantes piensan que es una experiencia sagrada, pues, al internarse en sus dominios, se entra en una catedral natural, donde el sonido de la naturaleza abraza al espectador. Sólo puede escucharse el crujir de las hojas bajo los pies del visitante y los cantos lejanos de las aves que rompen la quietud. Desde el suelo, sus copas parecen tocar el cielo y la luz solar se cuela entre sus ramas, con timidez, como si también ella sintiera respeto por estos gigantes. El aire huele a resina fresca y a tierra viva. La corteza, roja y suave al tacto, parece guardar secretos de siglos, de inviernos y veranos que pasaron sin que nadie los observara.


De pie, junto a una secuoya, uno se siente diminuto, pero, también, profundamente conectado con la naturaleza, al poder tocar y abrazar sus troncos, que, se estima, requieren a más de 15 personas para rodearlos. Así, uno puede sentirse abrazando un templo vivo, con columnas que parecen sostener el cielo y la memoria del mundo, con una única esperanza: la de proteger lo que aún respira desde el corazón de la Tierra. Majestuosas, milenarias y monumentales, así son las secuoyas, los árboles más grandes del mundo. Habitan silenciosamente los bosques del oeste de América del Norte, donde se elevan hacia el cielo como catedrales vivientes. Su tamaño, longevidad e historia las convierten en verdaderos íconos de la naturaleza.


¿Dónde se pueden visitar?

Las secuoyas gigantes pueden visitarse principalmente en el Parque Nacional de las Secuoyas, al este de California, mientras que las secuoyas costeras se encuentran en el Parque Nacional y Estatal de Redwood, más hacia el norte. Ambos parques están abiertos al público y cuentan con caminos señalizados, centros de visitantes y actividades guiadas.

Algunos senderos recomendados incluyen:


  • General Sherman Tree Trail (Secuoyas gigantes, Sierra Nevada)

  • Avenue of the Giants (Secuoyas costeras, Humboldt Redwoods State Park)

  • Tall Trees Grove Trail (Redwood National Park)


Una peculiaridad fascinante


Una de las características más peculiares de las secuoyas es su capacidad de clonar sus raíces y brotes. Si una secuoya cae, puede regenerarse desde su base o desde brotes que surgen de sus raíces. Además, en un mismo árbol, los conos pueden tardar hasta 20 años en liberar sus semillas, que son del tamaño de una avena, lo que contrasta sorprendentemente con la inmensidad del árbol cuando es adulto.


Las secuoyas nos recuerdan nuestra conexión con el pasado remoto y nos enseñan sobre la paciencia de la naturaleza. Son monumentos vivientes que han sobrevivido a miles de años de historia humana. Admirarlas en persona es una experiencia transformadora que invita a reflexionar sobre el tiempo, la vida y la necesidad urgente de conservar nuestro patrimonio natural.

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