Los roedores tienen conciencia social
- Redacción Relax
- 5 ago
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Durante mucho tiempo se pensó que la empatía —la capacidad de ponerse en el lugar de otro y actuar en consecuencia— era una característica casi exclusiva de los humanos y, con algo de suerte, de algunos primates o elefantes. Pero un experimento realizado por científicos de la Universidad de Chicago, en 2011, desafió por completo esa idea y puso en evidencia algo sorprendente: las ratas pueden actuar de forma altruista, incluso, sin recompensa; simplemente, por el bienestar de otra rata.
En el experimento, participaban dos ratas que comúnmente compartían jaula. Una era colocada dentro de un dispositivo transparente cerrado, sin posibilidad de abrirlo desde dentro, mientras que la otra rata estaba libre alrededor del dispositivo, pudiendo ver y oír a su compañera atrapada y con la posibilidad de abrir la jaula, pero sin necesidad de actuar si no quisiera. Desde el principio, se observó que la rata libre se mostraba agitada cuando su compañera estaba encerrada, lo que evidenció “un contagio emocional”.
Durante las primeras sesiones, la rata libre intentaba abrir el dispositivo desde fuera, sin tener éxito, hasta que aprendió sola a hacerlo, sin ningún entrenamiento, sólo motivada por sacar a su compañera. En las sesiones posteriores, la rata liberaba de inmediato a la otra. Los investigadores descubrieron que las ratas abrían la jaula más rápido y con mayor determinación si sabían que su compañera estaba angustiada. Aún más increíble: si se les daba la opción entre liberar a la otra rata o conseguir un premio en forma de comida, muchas elegían liberar a la compañera, incluso, si después no podían acceder a la comida.
Este comportamiento altruista sin una recompensa directa ha sido observado en muy pocos animales. Lo fascinante es que las ratas no sólo muestran empatía, sino que esa empatía parece guiarlas a actuar de forma solidaria, algo que, hasta hace poco, se creía estrictamente humano.
El experimento ha sido replicado con algunas variantes, y siempre apunta a lo mismo: las ratas son capaces de experimentar angustia al ver a otra en apuros y actúan para aliviar esa angustia; no porque ganen algo, sino porque parece que lo "sienten". Esto ha abierto un nuevo campo de estudio en la neurociencia y la ética animal, y ha llevado a muchos científicos a replantearse lo que entendemos por "conciencia social" en el reino animal.
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