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Hedy Hernández

Antiguo Colegio de San Ildefonso, cuna del muralismo 


 



El Antiguo Colegio de San Ildefonso es uno de los edificios más emblemáticos del Centro Histórico de la Ciudad de México. Fundado en 1583 por la Compañía de Jesús, este colegio ha sido testigo de importantes eventos históricos y ha albergado a diversas instituciones educativas y culturales a lo largo de los siglos.

 

Su origen se remonta al siglo XVI cuando en 1588 fue fundado por los jesuitas –durante el gobierno del virrey Álvaro Manrique de Zúñiga–, como parte de su misión educativa en la Nueva España. Originalmente, tuvo como finalidad principal la de hospedar a los estudiantes universitarios del Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo y cuatro seminarios: San Pedro y San Pablo, San Bernardo, San Miguel y San Gregorio. De la fusión de los tres últimos nació, en 1583, el Colegio de San Ildefonso, nombre que le fue dado en honor al Santo arzobispo de Toledo.  En 1618, bajo el Patronato Real otorgado por Felipe III, se estableció formalmente como el Real y Más Antiguo Colegio de San Ildefonso.

 

Expulsión de los Jesuitas y usos posteriores

El 26 de junio de 1767, el rey Carlos III de España decretó la expulsión de los jesuitas de todos los territorios bajo su dominio, incluyendo la Nueva España.

 

Tras la expulsión, el edificio del Colegio de San Ildefonso tuvo diversos usos:

fue cuartel de un batallón del Regimiento de Flandes; sede temporal de la Escuela de Jurisprudencia, escuela de medicina y universidad; y cuartel de las tropas norteamericanas y francesas en 1847 y 1862 respectivamente.

 

Escuela Nacional Preparatoria

En 1864, el emperador Maximiliano lo devolvió a los jesuitas, y a partir del año siguiente, operó como escuela de educación superior. En 1867, durante la presidencia de Benito Juárez, quien emprendió una reforma educativa, Gabino Barreda creó la Escuela Nacional Preparatoria, con un innovador plan de estudios basado en la filosofía positivista de Augusto Comte. En 1910, pasó a formar parte de la Universidad Nacional fundada por Justo Sierra, y en 1929, cuando la Universidad Nacional obtuvo su autonomía, pasó a ser parte del patrimonio universitario.

 

Muralismo mexicano

El Antiguo Colegio de San Ildefonso es también conocido por ser la cuna del movimiento muralista mexicano.

 

Al finalizar la Revolución, José Vasconcelos quedó a cargo de la Secretaría de Educación Pública (SEP), quien pidió a grandes artistas, como Clemente Orozco, Diego Rivera, Fermín Revueltas y David Alfaro Siqueiros, que realizaran grandes murales en el recinto, convirtiendo al colegio en un importante centro cultural y artístico.

 

En el Anfiteatro, la decoración del vestíbulo es obra de Fernando Leal, quien, entre 1930 y 1942, pintó al fresco la serie mural la Epopeya bolivariana. También, Diego Rivera pintó uno de sus primeros murales, llamado La Creación, en referencia a la creación científica y artística.

 

En el Patio Chico, Siqueiros elaboró los murales: Los elementos o el espíritu de Occidente, El llamado de la libertad o Los ángeles de la liberación, Los mitos y El entierro del obrero sacrificado. En el pasillo que enmarca la entrada principal que da a la calle de San Ildefonso, Ramón Alva de la Canal realizó al fresco El desembarco de los españoles y la cruz plantada en tierras nuevas; enfrente de este, Fermín Revueltas trabajó a la encáustica la Alegoría de la Virgen de Guadalupe.

 

En el Patio Grande, en los laterales de la escalera de acceso, Orozco pintó al fresco Hombres sedientos y Los ingenieros; en el cubo de la escalera del primer piso, realizó los murales Cortés y La Malinche, Razas aborígenes, Franciscanos, y Constructores.

 

En el cubo de la escalera del segundo piso, el parisino Jean Charlot plasmó su visión sobre la Masacre en el Templo Mayor o La conquista de Tenochtitlan, enfrente del cual, Fernando Leal pintó La fiesta del Señor de Chalma. En el lugar en el que estaba el mural de Cordero, se colocó un vitral, titulado La bienvenida.

 

Muros del lado norte del Patio Grande: José Clemente Orozco realizó la serie mural más grande, todas las pinturas se realizaron al fresco:

 

·      Planta baja: Maternidad, Destrucción del viejo orden, La trinchera, La huelga, Trinidad revolucionaria, Banquete de los ricos.

·      Primer piso: Aristócratas, La alcancía, Basurero de los símbolos, Acechanzas, La libertad, Jehová entre los ricos y los pobres o El Juicio final, y La ley y la justicia.

·      Segundo piso: Revolucionarios, La familia, La despedida, Trabajadores, La bendición, El sepulturero y Mujeres llorando.

 

Arquitectura

El edificio actual del colegio es un magnífico ejemplo de la arquitectura barroca del siglo XVIII. La construcción del inmueble que conocemos hoy comenzó en las primeras décadas del siglo XVIII, gracias al auge económico del virreinato y al poder financiero de la Compañía de Jesús.

 

Está ubicado en la calle de Justo Sierra, entre República de Argentina y El Carmen. La construcción del conjunto inició con el Colegio Chico (actualmente el Museo de la Luz, de la UNAM), en cuya fachada presenta en el nicho central, la imagen de la Virgen del Rosario tallada en tecalli (alabastro poblano).

 

El Colegio Grande ostenta en su frontis un relieve en mármol de San Ildefonso recibiendo la vestidura de manos de la Virgen María, así como el escudo real de Castilla y León.

 

El edificio tiene tres niveles y se compone de dos áreas: la perteneciente al periodo barroco, con tres patios (Chico, de Pasantes y Grande), que es una construcción de mampostería con arcadas sobre pilastras y fachadas recubiertas con tezontle, marcos y cornisas de cantera; y la edificada al sur de la anterior entre 1907 y 1931, con dos pequeños patios, que incluye el anfiteatro Simón Bolívar y el área de oficinas. Su fachada se inspira en la del siglo XVIII; sin embargo, su interior, refleja una nueva época.

 

El colegio cuenta con una capilla, sacristía, biblioteca, observatorio, e incluso las crónicas mencionan la existencia de un jardín botánico y de un pequeño zoológico.

 

En 1983, la Filmoteca de la UNAM pasó a tener su sede en el Patio Chico; en el 2011 se trasladó a la Ciudad Universitaria, y los espacios del Patio Chico pasaron a ser ocupados por el Museo de la Luz.

 

 

ESPACIOS DEL COLEGIO

 

El Generalito

 

Este fue el salón general de actos del colegio jesuita. Se le llamó así para distinguirlo del Salón General de la Real y Pontificia Universidad de México, que era de mayor jerarquía.

 

Aquí se encuentran gran parte de la sillería que perteneció al coro del templo de San Agustín de la Ciudad de México, y constituye uno de los principales ejemplos de escultura novohispana del barroco. Sus respaldos muestran tallas que narran pasajes bíblicos.

 

En el extremo oriental del salón se encuentra la cátedra original del Colegio, que data del siglo XVIII. Es un mueble de maderas finas, con casetones labrados con símbolos bíblicos y marianos, rematada por una gran concha tallada.

 

Los veinte óleos que decoran los muros de este espacio retratan a colegiales, catedráticos, rectores y obispos. Algunos son anónimos y otros fueron realizados por importantes artistas, como Miguel Cabrera, José de Alcíbar y Andrés López.


La Capilla

Fue inaugurada en diciembre de 1739. Su decoración lucía un coro con su órgano, seis retablos barrocos, esculturas y pinturas de santos, reliquias y objetos litúrgicos de metales preciosos.

 

Este acervo se perdió tras la expulsión de los jesuitas y la posterior instalación de la biblioteca de la Escuela Nacional Preparatoria. Hoy en día, se utiliza como una sala para exposiciones.

 

La Sacristía

Se ubica en la planta baja, en el corredor norte del Patio de Pasantes. Tiene comunicación directa con la antigua capilla, y el acceso por el patio es a través de una puerta cuyo interior ostenta un arco labrado en forma de concha.

 

Estuvo ornamentada con muebles de finas maderas, una pila para agua y cuadros de diversos santos realizados por notables pintores como José de Ibarra y Francisco Martínez. Actualmente, sólo se pueden admirar dos grandes lienzos que fueron pintados alrededor de 1761 por Francisco Antonio Vallejo: el que se ubica en el muro sur representa la venida del Espíritu Santo, y el del muro oriente a la Sagrada Familia.

 

Anfiteatro Simón Bolívar

A principios del siglo XX se planeó ampliar las instalaciones de la Escuela Nacional Preparatoria, con la construcción de un edificio anexo destinado para oficinas y un anfiteatro, el cual quedó concluido en 1910, y el 22 de septiembre del mismo año fue sede de la inauguración de la Universidad Nacional de México, en el marco de la celebración del primer Centenario de la Independencia.

En 1930, al conmemorarse cien años de la muerte de Simón Bolívar, el Anfiteatro recibió su nombre.

 

Museo y centro cultural

En 1992, el edificio fue restaurado y convertido en un museo y centro cultural. El 25 de noviembre de 1993 fue reinaugurado con la muestra México: Esplendores de treinta siglos. Desde entonces, ha albergado numerosas exposiciones de arte y arqueología, tanto permanentes como temporales.

 

El inmueble es administrado por un Mandato tripartita integrado por la Universidad Nacional Autónoma de México, la Secretaría de Cultura y el Gobierno de la Ciudad de México.

 

El Antiguo Colegio de San Ildefonso es un testimonio vivo de la rica historia y cultura de México. Su evolución desde un colegio jesuita hasta un centro cultural y museo refleja los cambios sociales, políticos y educativos que han moldeado al país a lo largo de los siglos. Hoy en día, sigue siendo un lugar de encuentro para el arte, la historia y la educación, y un símbolo del patrimonio cultural de México.

 

 

---------- RECUADRO ----------

Ubicación

Justo Sierra 16 y San Ildefonso 33

Col. Centro Histórico

Alcaldía Cuauhtémoc, C.P 06020

Ciudad de México

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