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Estreno de la Novena Sinfonía de Beethoven

  • Foto del escritor: Redacción Relax
    Redacción Relax
  • 16 may
  • 1 Min. de lectura


El 7 de mayo de 1824, el mundo fue testigo de un momento histórico para la música: el estreno de la Novena Sinfonía, de Ludwig van Beethoven, en el Teatro am Kärntnertor, en Viena. Esta obra es considerada una de las cumbres de la música occidental, que marcó un antes y un después tanto en la carrera del compositor como en la evolución de la sinfonía como género.


La Novena Sinfonía es, especialmente, célebre por su cuarto movimiento, en el que Beethoven incorporó, por primera vez en una sinfonía, voces humanas, dando vida al poema Oda a la Alegría, del poeta alemán Friedrich Schiller. Este himno a la fraternidad y la unidad universal ha trascendido fronteras y épocas, llegando a convertirse, incluso, en el himno oficial de la Unión Europea, conocido como Himno a la alegría. La Unesco declaró la sinfonía Patrimonio de la Humanidad.


Lo más conmovedor de esta efeméride es que, para cuando se estrenó esta obra monumental, Beethoven estaba totalmente sordo. No pudo escuchar ni dirigir su propia sinfonía. Según relatos de la época, al final del concierto, una de las solistas tuvo que girarlo hacia el público, para que viera la ovación de pie, ya que él no podía escuchar los aplausos.

La Novena Sinfonía consolidó a Beethoven como un genio absoluto, y, hoy en día, sigue siendo símbolo de libertad, esperanza y hermandad. Su estreno es una efeméride que nos recuerda el poder transformador de la música.

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