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Hedy Hernández

Los monumentos de Reforma y Bucareli



En esta edición, finalizamos el recorrido por las glorietas de nuestros Paseos. Le compartimos detalles de las dos últimas del Paseo de la Reforma, así como de las que se encontraban en el Paseo de Bucareli.


Glorieta de la Diana Cazadora

En 1942, el entonces presidente, Manual Ávila Camacho, emprendió un programa para embellecer la ciudad, el cual incluía la creación de fuentes monumentales en sitios representativos. Fue así como el arquitecto Vicente Mendiola y el escultor Juan Olaguíbel Rosenzweig fueron comisionados para que realizaran la construcción de una de estas fuentes. El tema elegido fue el de Diana, la diosa romana de la caza, pero, en lugar de cazar bestias, flecharía estrellas en los cielos del norte; de ahí, su nombre original: La flechadora de las estrellas del norte.


La modelo

Se seleccionó a Helvia Martínez Verdayes, una joven de 16 años, que laboraba como secretaria en las oficinas de Petróleos Mexicanos, quien posó desnuda para la creación del modelo de la obra, rechazando cualquier remuneración económica, a cambio de mantener en secreto su participación como la imagen de la estatua. De hecho, la cara de la escultura original no fue la de Helvia, por lo que, en época reciente, se develó una nueva pieza, de menor tamaño, que ostenta las facciones de la modelo. Dicha identidad permaneció, durante años, en el anonimato hasta que, en 1992, ella misma la reveló en su libro El secreto de la Diana Cazadora, donde narra su historia.


El 10 de octubre de 1942, se inauguró la escultura de bronce, de siete metros y cuatro toneladas de peso. El primer sitio que ocupó fue la glorieta del Paseo de la Reforma, que se formaba en la confluencia con la avenida Río Ródano, Sonora y la Puerta de los Leones del Bosque de Chapultepec.


Desde la fecha de su inauguración, la desnudez de la bella y extraordinariamente bien formada flechadora fue motivo de polémica y controversia, y no tuvo que pasar mucho tiempo para que la conservadora sociedad mexicana calificara la escultura como inmoral. Fue así que, por conducto de la Liga de la Decencia, encabezada por la esposa del presidente de la República, doña Soledad Orozco de Ávila Camacho, en 1944, se procedió a cubrirla con un delgado faldón del mismo bronce, que permaneció hasta el año de 1967, cuando Alfonso Corona del Rosal, regente en ese entonces, ordenó quitárselo; sin embargo, al retirarlo, se dañó la estatua. Por ese motivo, Corona la donó a su pueblo natal, Ixmiquilpan, en Hidalgo, en el que permanece hasta hoy en día. Para la glorieta del Paseo de la Reforma, se realizó una réplica exacta de la original, tomando como base el modelo realizado con Helvia.


Las dos versiones de la escultura de la Diana Cazadora estuvieron en la glorieta de Ródano y Reforma desde su inauguración: la original, desde 1942 hasta 1967; y la réplica, desde 1967 hasta 1974, cuando se empezaron las obras de construcción del paso a desnivel inferior del Circuito Interior, que cruza el Paseo de la Reforma y une la avenida Sonora con Ródano, a fin de agilizar el tránsito en ese conflictivo lugar. La fuente se desmontó y fue llevada al Parque Ariel, en Río Ródano, enfrente del edificio de la Comisión Federal de Electricidad, donde permaneció desde septiembre de 1976 hasta agosto de 1992, fecha en que fue colocada en su sitio actual.


¿Y la flecha?

La desaparición se remonta a, según algunas versiones, poco después de su inauguración, cuando fue robada. Desde entonces, la estatua permanece sólo con el arco de tiro.


Tras una encuesta pública sobre si la fuente de la Diana Cazadora debía regresar a una de las glorietas del Paseo de la Reforma o, específicamente, a la Glorieta de la Palma, de Niza, y que dicho árbol fuera trasladado al Jardín Botánico de Chapultepec, se optó por ubicar a la Diana en la glorieta formada en la intersección de Río Mississipi y Sevilla con el Paseo de la Reforma. Sin embargo, dicha glorieta ya se encontraba ocupada por otra fuente monumental: la Fuente de Cutzamala, también conocida como Las Regaderas o Fuente de los Hongos. Esta obra fue construida en los años 80, por el arquitecto Sergio Zaldívar Guerra, en conmemoración de los proyectos de captación de agua potable del Río Cutzamala. Era extraordinaria desde el punto de vista electromecánico, ya que manejaba un caudal de agua bastante considerable, que, aun cuando se recirculaba, tenía que impulsarse con un sistema de potentes bombas eléctricas.


En agosto de 1992, la Diana retornó al Paseo de la Reforma, en la glorieta de Mississipi, que es todavía más amplia que la que alguna vez tuvo en Ródano; y al hacer mucho más alto su basamento, el lucimiento de la fuente es magnífico.


Glorieta de la Fuente de Petróleos

Esta fuente conmemora la Expropiación Petrolera de 1938 y fue erigida en 1952, durante el gobierno del entonces presidente de México, Miguel Alemán Valdés. Es obra del arquitecto Vicente Mendiola Quezada y del escultor Juan Fernando Olaguíbel Rosenzweig. Representa el esfuerzo y el trabajo de un puñado de hombres mexicanos, que, una vez expropiadas todas las instalaciones petroleras, tuvo la enorme responsabilidad de mantenerlas operando y produciendo, aun a pesar de los escasos recursos técnicos y económicos de los que se podía disponer, para sacar adelante a la industria.


Tiene 55 metros de diámetro y 18 metros de alto; y para su construcción, se necesitaron 18 toneladas de bronce. El monumento está compuesto por fuentes superpuestas y un enorme pilar de cantera, en el que están esculpidas figuras que representan la liberación económica mexicana mediante la nacionalización de la industria petrolera, en 1938.


Originalmente, tenía jardines y la fuente estaba ubicada al centro de una glorieta, pero, en 1962, tuvo la primera transformación, al construirse el primer distribuidor vial alrededor de ella, con un diseño original y poco común, con el objeto de conservar la visibilidad de la misma y no distorsionar el arbolado paisaje del Bosque de Chapultepec; sin embargo, dejó de ser accesible al peatón.


Actualmente, con el nuevo distribuidor vial que se construyó para insertar una nueva plataforma subterránea de seis carriles, que forma parte de la Autopista Urbana de Cuota, la fuente quedó arrinconada y las grandes áreas con jardines y flores que la rodeaban han desaparecido totalmente.


Se encuentra en la glorieta que forman las avenidas Paseo de la Reforma y Anillo Periférico, en la colonia Lomas de Chapultepec, en la alcaldía Miguel Hidalgo.


Hasta aquí, la descripción de lo que fueron las glorietas del Paseo de la Reforma; pasemos, ahora, a conocer un poco de la historia de las glorietas del Paseo de Bucareli.





Glorietas del Paseo de Bucareli

La avenida Bucareli, conocida anteriormente como Paseo de Bucareli y Paseo Nuevo, fue inaugurada en la Ciudad de México, a finales del siglo XVIII, en el año de 1778, por órdenes del entonces virrey de la Nueva España, Antonio María de Bucareli y Ursúa. De acuerdo con un plan de modernización ordenado por él, para añadir infraestructura urbana a la que era la capital del virreinato, se mandaron a sembrar árboles, construir fuentes y enormes glorietas, para convertirla en un centro de encuentro y recreación; y así se mantuvo hasta mediados del siglo XIX.


El virrey llevó a cabo diversas obras civiles durante su mandato, entre las cuales, se encuentran un canal de desagüe para la ciudad, la inauguración y remodelación de varios hospitales y la avenida que, hasta el día de hoy, lleva su nombre.


Durante la expansión de la Ciudad de México, a fines del siglo XIX, y con la creación de nuevos paseos –como el Paseo de la Reforma–, el Paseo de Bucareli fue afectado; se le convirtió en un eje vial y perdió dos de sus tres glorietas originales, las fuentes de las mismas, sus arboledas y el encanto que le distinguió, manteniendo únicamente la que alberga al famoso Reloj Chino.


En 1855, las glorietas eran las siguientes:


1. Plazuela y estatua de Vicente Guerrero, hoy, San Fernando.

2. La estatua del Caballito, Carlos IV, de Manuel Tolsá. A un costado, se encontraba la Plaza de Toros del Paseo Nuevo y empezaba el trazo del Paseo de la Emperatriz, después, Paseo de la Reforma.

3. La Glorieta Central, en la que se ubicaba la Fuente de la Libertad, obra del arquitecto teniente coronel don Joaquín Heredia, que se inauguró el 16 de septiembre de 1830, durante la presidencia de Anastasio Bustamante. Esa sería la primera estatua dedicada a conmemorar nuestra Independencia. La que propuso hacer Antonio López de Santa Anna, en el Zócalo, nunca se logró, y sólo fue construida la base o zócalo que le dio el nombre a la plaza. En la época de Maximiliano, se intentó continuarla, pero sin éxito. La escultura pudo sobrevivir hasta poco antes de 1910, cuando se inauguró la Columna de la Independencia. En ese mismo año, se desveló el Reloj Chino, que ocupó el lugar de esta fuente. La efigie había perdido parte del brazo y la mano derecha, la cual no se sabe qué sostenía; la izquierda, parece que sujeta un pergamino con la leyenda "A el 16 de septiembre de 1810". La estatua, representativa de América, alza, a los cielos, su brazo derecho (mutilada su mano) y apoya la izquierda en una tarja.

4. La Glorieta Sur, con la fuente más pequeña, que aún existe en la Plaza de Loreto.

5. La Garita de Belén; aquí, convergía el Acueducto de Chapultepec, del que todavía existen algunos tramos.

No se pierda nuestra próxima edición, donde le daremos a conocer algunos pormenores de las calles de México.

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