Esta tortuga gigante, de 176 años, murió en un zoológico de Australia, el 23 de junio de 2006, a causa de una insuficiencia cardíaca. Con un peso de 150 kg y, aproximadamente, del tamaño de una mesa, este ejemplar de las islas Galápagos fue considerado en su momento, por Guinness World Records, como el animal vivo en cautiverio más antiguo del mundo.
De hecho, se cree que, alguna vez, estuvo en posesión del naturalista inglés Charles Darwin. Y es que las pruebas de ADN han demostrado que la tortuga tiene la edad adecuada para haber sido la recogida por Darwin cuando él estaba en su gira por las Galápagos, en 1835, a bordo del HMS Beagle. Sin embargo, las mismas pruebas mostraron que Harriet es de una isla que Darwin nunca visitó.
Harriet habría tenido cinco años y habría sido del tamaño de un plato cuando la llevaron de su hábitat a Gran Bretaña. En el momento de su muerte, era considerablemente más grande. Pasó algunos años allí antes de ser trasladada a los Jardines Botánicos de Brisbane, en el estado tropical de Queensland, en Australia, a mediados del siglo XIX, donde la confundieron con un macho y la apodaron Harry.
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