Las carreras de animales son un espectáculo de gran tradición, que suelen atraer a multitudes de personas de distintas edades. Las más conocidas y populares son las protagonizadas por caballos; sin embargo, no son las únicas. ¿Sabía que, también, existen las competencias de palomas mensajeras?
Aunque no lo crea, así es. De hecho, se trata de un arte que requiere un profundo conocimiento, dedicación y entrenamiento de las aves.
¿Cómo es la dinámica?
Este tipo de competencias consiste en soltar palomas mensajeras especialmente entrenadas, que son capaces de volver a sus hogares, volando cierta distancia. Se mide el tiempo que le toma a cada ave cubrir el trayecto definido y se calcula la velocidad de viaje; luego, sus datos se comparan con las marcas de las otras palomas participantes, para determinar cuál fue la más rápida y la primera en regresar.
Se requiere de una raza específica de paloma, criada para el deporte, llamada racing homer, que es entrenada y acondicionada para carreras que varían en distancia, desde, aproximadamente, 100 kilómetros (62 millas) hasta mil kilómetros (620 millas).
El método de cronometraje tradicional estriba en colocar anillos de goma en un reloj especialmente diseñado. No obstante, los desarrollos más recientes están utilizando las etiquetas RFID (Radio Frequency Identification) para registrar la hora de llegada.
Un deporte muy antiguo
El arte de entrenar palomas mensajeras para competencias se llama colombofilia y es muy remoto. De hecho, la cría de estas aves para el desempeño de labores de mensajería data de muchos siglos atrás. El registro más antiguo de domesticación es de la quinta dinastía egipcia, que data de alrededor del año 3000 a. C. En 1150 d. C., el sultán de Bagdad, Nur al-Din, estableció un sistema de correo postal basado en el uso de palomas mensajeras.
Como tal, las carreras fueron inventadas por mineros del carbón, en Bélgica, a finales del siglo XIX. El deporte dependía de otros dos factores: los ferrocarriles, que les facilitaban a los colombófilos enviar a sus aves lejos de casa, para entrenarlas, y los relojes fabricados en masa, que les permitían registrar sus tiempos de vuelo, con precisión.
Durante un tiempo, las competencias de palomas fueron uno de los deportes más populares por participación, en Europa. En Gran Bretaña, en la década de 1950, medio millón de colombófilos cuidaba millones de pájaros destinados a esta actividad.
Palomas olímpicas
Actualmente, existen varios países con gran cantidad de colombófilos, como China, Reino Unido, Bélgica, Holanda y Polonia. Este último destaca por tener a la comunidad más grande de criadores de palomas mensajeras en Europa, así como una serie de trofeos ganados en competiciones internacionales; sin embargo, se ubica por debajo de otros países en la cría de aves con pedigrí, las cuales tienen un valor más alto. Aun así, Polonia es la nación con la mayor cantidad de afiliados a la Federación Colombófila Internacional.
Esta misma organización lleva a cabo, cada dos años, un evento de gran magnitud, que se considera como las Olimpiadas de las palomas mensajeras. La edición más reciente tuvo lugar en Polonia, en enero pasado, y contó con la participación de 63 países, los cuales consiguieron el pase gracias a los resultados obtenidos en las competiciones de la temporada.
En América Latina, México es uno de los mayores aficionados. Existen registros de la crianza de estas aves desde hace 80 años. La tradición es tal que se distingue por tener a las palomas más veloces. En 2021, durante el Derby Ibero Latinoamericano, nuestro país encabezó la lista de clasificación por países, con 160 puntos, seguido de Portugal, con 111 puntos, y de Ecuador, con 97 puntos.
México cuenta con excelentes colombófilos, principalmente en Jalisco, la Ciudad de México y Querétaro, y tiene su propia federación de colombofilia, que es la encargada de calendarizar los eventos. Cada ciudad, en la que se tenga registro de criaderos de palomas, realiza sus propios encuentros deportivos; y para las carreras nacionales, sólo participan aquellas que hayan quedado en los tres primeros lugares.
Las competencias de palomas
Con el entrenamiento adecuado, estas aves pueden volar hasta 800 kilómetros en un día y en tramos cortos. Con el viento a favor, son capaces de alcanzar velocidades de hasta 100 kilómetros por hora. Se les considera atletas de alto rendimiento, tomando en cuenta que pesan entre 350 y 500 gramos, y su consumo de alimento oscila entre los 25 y los 35 gramos diarios, dependiendo de la actividad física; además, son muy resistentes a la fatiga.
Las carreras se dividen en categorías, según la distancia de vuelo. Las características físicas de las palomas se determinan en función de la categoría. De este modo, la competencia se clasifica en:
· Velocidad, entre 170 y 350 kilómetros
· Medio fondo, entre 370 y 500 kilómetros
· Fondo, entre 600 y 700 kilómetros
· Gran fondo, más de 800 kilómetros
Aunque puede parecer sencillo, la cría y el entrenamiento de estas aves de competencia requiere dedicación. La preparación de un equipo no es diferente a la de un conjunto de futbol; la única diferencia entre el entrenador atlético humano y el colombófilo es que las palomas no hablan nuestro idioma. Por lo tanto, debe aprender a comprender y a comunicarse con ellas de muchas otras maneras, y aquí radica el gran reto y el interés por esta apasionante actividad.
La mejor cotizada
Una paloma mensajera, llamada New Kim, de la provincia belga de Amberes, se convirtió en la más cara del mundo, luego de que un coleccionista sudafricano pujara un millón 310 mil euros por ella, cantidad que superó el millón 252 mil euros que un chino pagó, en 2019, por Armando, otra paloma mensajera de ese país.
La reina Isabel II es aficionada a las carreras de palomas. Es dueña de más de 200 ejemplares mensajeros, reconocidos por competir en populares torneos que suelen realizarse en Reino Unido.
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