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  • Hedy Hernández

Curiosidades deliciosas

Actualizado: 4 oct 2023



Una de las mejores gastronomías del mundo, declarada, incluso, Patrimonio Intangible de la Humanidad, por la UNESCO, es la de México, pues la comida es tan variada, llena de múltiples sabores, con un toque picante, que siempre ha fascinado al mundo. Entre los deliciosos platillos de nuestro país que más destacan, se encuentran el mole, el pozole, los tamales, los tacos, las enchiladas y las carnitas, sólo por mencionar algunos.


A continuación, le presentamos algunas curiosidades sobre la manera de comer de los mexicanos.


Ponerle limón a todo: La comida sabe mucho mejor con unas gotitas de este cítrico. Ya sea en unas papitas, cacahuates, carnes, una cerveza, unos taquitos o, así, nada más, con pura sal.


Decir provecho siempre: Ya sea en casa de un amigo, en un restaurante o en un sencillo puesto de tacos, cuando llegamos o nos retiramos, en automático, le decimos a todos ‘provecho’, ‘provechito’ o cualquier derivado.


Comer todo con salsa o picante: Sin lugar a dudas, una de las principales cosas que representan a la culinaria mexicana –y a lo que muchos le temen– es el picante. En nuestro país, existen más de 140 variedades de chile y muchas de ellas son desconocidas o poco usadas; sin embargo, las más presentes en la cocina son: el chile piquín, el jalapeño, el habanero, el poblano y el chipotle.


Los mexicanos comenzamos a consumir alimentos picantes desde muy temprana edad, y esta costumbre hace que podamos tolerar niveles que, para otros, son tortuosos.


Los tacos, el antojito por excelencia: Son súper reconocidos a nivel mundial y esto es debido a su exquisito sabor y a lo práctico que es comerlos, siendo un típico antojito callejero. Hay muchas versiones de tacos, como el de ‘al pastor’, el placero, de canasta, de asada, de guisado o el clásico de sal… En fin, con todo se puede hacer un buen taco, ya que, sin tortilla, no hay comida.


Pasión cervecera: Por lo general, cuando pensamos en cerveza, nos remontamos a países como Alemania. Sin embargo, México se ha convertido en el mayor exportador de esta bebida a nivel mundial, siendo un gran pilar para la economía nacional.


El tequila y el mezcal: Las dos bebidas más famosas de nuestro país son el tequila y el mezcal, habiendo traspasado, hace tiempo, sus fronteras, para convertirse en elementos representativos de México en todo el mundo. El mezcal se produce a partir de la cocción del tallo y las hojas de la base del agave o maguey. Al existir diferentes especies de esta planta, se logra obtener una gran variedad de mezcales.

El tequila se elabora a partir de la planta del agave azul, por ello, es considerado un tipo de mezcal, que lleva su tiempo y un proceso particular hasta la obtención del alcohol final.


Otra bebida destilada de México es el posh o pox, del estado de Chiapas, que resulta de un tratamiento del maíz. También, hay muchos sabores, que se pueden degustar en alguna de las galerías de San Cristóbal de las Casas.


Preparar la cerveza como si fuera caldo de camarón y decirle ‘michelada’: ¿A quién no se le antoja una cerveza preparada, bien fría, en un día caluroso? Se le pone jugo de tomate, caldo de almejas, salsas condimentadas, sal, pimienta e, incluso, hasta camarones. Algunas presentaciones incluyen dulces de tamarindo y gomitas.


Aguacate: Los mexicas creían que se trataba de un fruto sagrado, generador de vida. La palabra proviene del náhuatl y significa ‘testículos de árbol’, nombre que se le dio por la forma de su cáscara.


El chocolate: Fue en el sur de México donde los olmecas lograron domesticar sus plantaciones y crear una bebida exclusiva para la nobleza, que consistía en cacao triturado, mezclado con agua fría y aderezado con vainilla, chile y achiote. Con la llegada de los españoles, la bebida se tomada caliente y se acompañaba con azúcar, canela, clavo, anís y pimienta negra molida. Se cree que, hace tres mil años, las primeras tribus aztecas y olmecas comenzaron a cultivar árboles de cacao y usaban el fruto como moneda de intercambio comercial.


La palabra ‘chocolate’ proviene de los términos de náhuatl: xócoc, que es amargo, y atl, agua; lo que daría como resultado ‘agua amarga’.

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