El encanto de las películas musicales
- Redacción Relax

- 2 dic
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Desde que el cine sonoro hizo su debut, las películas musicales han ocupado un lugar especial en el corazón del público. Estos espectáculos audiovisuales son una mezcla vibrante entre el arte, la emotividad y la narrativa, que han dejado una huella profunda en la cultura popular a lo largo de los años, ya que, a través de la música, la danza y la puesta en escena, estos filmes han servido como reflejo de los cambios sociales, los valores compartidos y las aspiraciones humanas de cada época.
Primer filme sonoro, primer musical

El cine musical tuvo su origen con el largometraje estrenado el 6 de octubre de 1927, titulado El cantante de jazz (The jazz singer), que fue dirigido por Alan Crosland y protagonizado por Al Jolson y May McAvoy, marcando un antes y un después en la historia del séptimo arte, al incorporar, por primera vez, secuencias sincronizadas de canto y diálogo, utilizando el sistema Vitaphone, un sistema de sonido en disco para películas, desarrollado por Bell Telephone Laboratories y Western Electric. Este avance técnico abrió la puerta a una nueva forma de expresión, que, pronto, dominaría la industria de Hollywood.
Estudios como MGM, Paramount, 20th Century Fox y, en especial, Warner Bros. llevaron el musical a la cima, creando producciones espectaculares que combinaron coreografías impresionantes, vestuarios llamativos, narrativas cautivadoras y canciones inolvidables. En las décadas de los 30 y 40, íconos como Fred Astaire, Ginger Rogers, Judy Garland y Gene Kelly definieron el musical clásico.
Películas como Cantando bajo la lluvia (Singin’ in the rain, 1952) y Sombrero de copa (Top hat, 1935), con su famosa canción "Cheek to cheek", así como El mago de Oz (The wizard of Oz, 1939), se convirtieron en grandes éxitos y símbolos culturales, que encapsularon el optimismo y el espíritu de una generación en las pantallas grandes. En estos filmes, la música se convierte en un hilo narrativo que expresa emociones que, a menudo, las palabras no logran transmitir por sí solas. Fue tanto su impacto que el musical cinematográfico evolucionó para adaptarse a los nuevos contextos sociales y culturales.
En los años 60 y 70, el género se abrió a temas más contemporáneos. West side story (1961), por ejemplo, reinterpretó la historia de Romeo y Julieta, en un contexto urbano juvenil, marcado por las tensiones racistas y efectos sobre las clases sociales en Nueva York. Del mismo modo, Cabaret (1972), una adaptación de la novela Adiós a Berlín (1939), de Christopher Isherwood, abordó cuestiones políticas y de libertad sexual en una Alemania previa al nazismo, mostrando que el musical podía ser también un medio de crítica y reflexión. Y no podemos dejar de mencionar a Vaselina (1978), un musical juvenil ambientado en los años 50, que se convirtió en un fenómeno cultural, con las actuaciones memorables de John Travolta y Olivia Newton-John, y una emblemática banda sonora que suena en fiestas, bailes escolares o simplemente en nuestro playlist del día a día.
En Latinoamérica, México tuvo su propia época dorada del cine musical, en la llamada “comedia ranchera”, entre los años 40 y 50. Películas protagonizadas por figuras como Pedro Infante, Vicente Fernández, Lucha Villa, Jorge Negrete y Lola Beltrán mezclaron la narrativa popular con la identidad nacional, consolidando el género ranchero-musical como un emblema cultural. Este crecimiento del cine fortaleció la industria cinematográfica de México, posicionándola como la mayor productora de películas en español a nivel global, según la Filmoteca de la UNAM. Esto se fortaleció con la creación de los Estudios Churubusco, en 1944, y más adelante, la Filmoteca de la UNAM, que se fundó el 8 de julio de 1960. Estas productoras ayudaron a construir, resguardar y difundir las películas y actividades cinematográficas hasta nuestros días, otorgándoles un gran valor.
El musical contemporáneo

El auge de las nuevas tecnologías, el streaming y la globalización del entretenimiento han permitido un renacimiento del género musical en el siglo XXI, con títulos icónicos, como (sólo por mencionar algunos entre tantos):
· Moulin Rouge! (2001), dirigida por el australiano Baz Luhrmann y protagonizada por Nicole Kidman y Ewan McGregor, con sus icónicas canciones “Elephant love medley”, “Lady Marmalade” y “El tango de Roxanne”.
· Chicago (2002), dirigida por Rob Marshall, protagonizada por Catherine Zeta-Jones, Renée Zellweger y Richard Gere, con sus reconocibles canciones “All that jazz” y “Cell block tango”.
· Mamma Mia! (2008), película basada en el musical de teatro, con las actuaciones estelares de Meryl Streep, Amanda Seyfried y Pierce Brosnan, que incorpora las memorables piezas del grupo ABBA.
· Los miserables (2012), película caracterizada musical dramática, con un reparto encabezado por Hugh Jackman, Russell Crowe, Anne Hathaway, Amanda Seyfried y Eddie Redmayne.
· La La Land (2016), protagonizada por Ryan Gosling y Emma Stone, es una película musical que deja un bello mensaje sobre el amor y perseguir los sueños.
· El gran showman (2017), dirigida por Michael Gracey y protagonizada por Hugh Jackman, Zac Efron y Zendaya, nos regaló piezas como “This is me”, “The greatest show” y “Rewrite the stars”.
Estas cintas demostraron que el musical sigue siendo una herramienta poderosa para conectar con las emociones del público moderno. Combinaron la estética visual con una narrativa más íntima y emotiva, acercando el género a nuevas generaciones. Además, la influencia de los musicales de Broadway en el cine contemporáneo ha sido determinante, con adaptaciones como Hamilton (2020, en su versión filmada), lanzada de manera mundial, por Walt Disney Studios Motion Pictures para transmitir en Disney+. Además, gracias a plataformas como Spotify, TikTok o YouTube, los musicales logran expandir su alcance más allá de las salas de cine, siendo popularizados y reconocidos para poder llegar a un público más amplio.
Influencia en la cultura popular

La importancia de los musicales en la cultura popular radica en su capacidad para unir arte y espectáculo. Canciones como “Over the rainbow” (El mago de Oz), “Let it go” (Frozen) o “City of stars” (La La Land) han superado el ámbito cinematográfico para alcanzar un alto impacto, sobre todo por la fuerte conexión con el espectador. Además, los musicales han influido en la moda, el lenguaje y las tendencias sociales, creando íconos culturales.
El musical también ha contribuido a la diversidad y representación en pantalla. Producciones recientes, como In the heights (2021) o Encanto (2021), han mostrado la riqueza cultural latina y la importancia de la identidad comunitaria, promoviendo valores de inclusión y pertenencia.

Y, por último, una de las más reconocidas en la actualidad es una película musical estadounidense, de fantasía, titulada Wicked (2024), inspirada en la novela homónima de Gregory Maguire y en la adaptación de un musical de Broadway, de 2003; es categorizada como fantasía musical y está dirigida por Jon M. Chu, protagonizada por Cynthia Erivo, como Elphaba Thropp, y Ariana Grande. La primera parte logró un total de 10 nominaciones al Óscar, incluyendo la de mejor película, y se llevó los galardones por mejor diseño de vestuario y mejor diseño de producción. La esperada segunda parte —Wicked: For good—, que amplía la historia y continúa la ambiciosa adaptación del musical a la pantalla grande, se estrenará en Latinoamérica el 21 de noviembre de 2025.
A lo largo de casi un siglo, las películas musicales han demostrado ser mucho más que un género cinematográfico, siendo, en la actualidad, un espejo emocional de la sociedad y un puente entre generaciones. Su permanencia en la cultura popular se debe a su poder para emocionar, inspirar y conectar a las personas mediante la combinación de música, imagen y movimiento. Los musicales nos siguen llevando a una emoción colectiva, esa que surge cuando una canción nos conmueve.
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