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Foto del escritorRedacción Relax

Harrison Ford, un hombre en busca de lo salvaje


Este año se detuvieron numerosos rodajes cinematográficos debido a la pandemia, postergando estrenos y la proyección artística de nuevos valores y también de otros consagrados, no obstante, algunos con mucha suerte, consiguieron ver su trabajo en cartelera o, por lo menos, distribuido vía streaming. Uno de ellos fue Harrison Ford, a quien muchos consideran un hombre con suerte, otros, un tipo con talento y, algunos más, alguien con una gran intuición para aprovechar icónicos papeles, sin embargo, lo que nadie puede negar es su personalidad que arrasa, no importando la sombra de otros artistas; se muestra tan seguro de sí a la hora de afirmar que se irá del celuloide hasta que las fuerzas le falten.

Así que en febrero pasado, el actor estrenó La llamada de lo salvaje, una cinta de aventuras, que combina acción en vivo y animación digital, la cual, descrita en sus palabras, viene a elogiar el vínculo entre el ser humano y la naturaleza, una experiencia tan común en nuestros días, donde los animales son la compañía perfecta para casi cualquier persona y también son considerados miembros ya de la familia, pero además, un motivo para Ford, quien por tres décadas ha sido miembro de la organización Conservation International, una organización que promueve la facultad de las sociedad para cuidar de manera responsable y sostenible a la biodiversidad global.

Pero, volviendo a su incansable desempeño, sin titubear, el actor ha confirmado su inclusión en el reparto de Indiana Jones 5, la trama que en gran parte definió su carrera y que debido a problemas de producción, ha postergado su estreno hasta julio de 2022, pues se rodaría en este verano.

El secreto de su éxito: oportunidad e intuición


Así las cosas con Harrison Ford, quien ha llegado pleno a los 78 años de vida. Y si bien, Bruce Willis (65), Denzel Washington (65), Liam Nesson (68), Kurt Russell (69), Arnold Schwarzenegger (72) y Sylvester Stallone (74), entre otros, seducen como protagónicos de acción y de suspenso, lo cierto es que Ford encabeza esta lista, pues su

experiencia histriónica y la aceptación del público han sido fundamentales, sobre todo por personajes tan particulares como: Han Solo, Henry Walton Jones Jr., o bien, Rick Deckard, papeles que lo han dejado exhausto, pero también muy afortunado, en lo económico y en lo emocional, de ahí tal vez, su deseo de seguir, pues se reconoce como un ser ambicioso.

¿En qué piensa cuando le ofrecen un papel de este tipo?, ¿cuáles son sus retos?, ¿los tiene?

Quizá la respuesta es: En nada en particular, y no, no los necesita, sólo se deja flotar en un trabajo que se le da mágicamente; prueba de ello fue la respuesta que dio a un famoso diario en 1977, en torno al estreno de Star Wars: Episodio IV- Una nueva esperanza: “Te dan diálogos, te dan ropa limpia, te dan un lugar donde trabajar y gente con quien hacerlo. Y tú sólo tienes que hacer como que la cámara no esta ahí”.[1] Sencillo, ¿cierto?, una declaración que resultaría hasta cierto punto, ingenua, pues dio pie a que se creyera que no tenía tablas en la actuación, siendo que en la adolescencia llevó a cabo algunas actividades relacionadas con ésta; posteriormente estudió literatura inglesa y filosofía, y más tarde haría un curso de arte dramático, aunque no resultó ser un buen estudiante.


El llamado de lo salvaje
Y aunque en esta historia el buscador de oro, John Thorton, está muy lejos de la fuerza de Henry Walton Jones, el arqueólogo conocido como Indiana Jones, es notable que ahora el protagónico no es él, sino Buck, un perro, mezcla de San Bernardo con Collie, quien durante la fiebre del oro a finales del siglo XIX, encuentra su razón de ser como líder de una manada de perros de trineo, pero también prodigándole a Thorton un nuevo sentido a su vida.

Pero quizá, pudo más acaso su ascendencia artística, pues su madre Dorothy Nidelman fue actriz radiofónica, y su padre, Christopher Ford, también lo sería ocasionalmente, además de laborar como directivo de publicidad.

De lo anterior, se desprende el sorprendente antecedente de que Harrison Ford era un sencillo carpintero antes del reconocimiento y la fama. Pues bien, se trata de eso, un oficio que sí desarrolló y que se convirtió en mito. Veamos.

Un hombre completo


En la segunda década de su vida, Harrison se había aventurado a viajar a Hollywood en busca de una oportunidad en la actuación, al tiempo que iniciaba una vida matrimonial al lado de Mary Marquardt, una actriz que conoció durante sus estudios universitarios, con quien se casaría, siendo aún muy joven.


La vida comenzó a ser complicada para el joven actor, pues sus primeros trabajos fracasaron y generalmente era omitido de los créditos, así que decepcionado, se puso a trabajar como carpintero, un oficio que aprendió consultando libros de la biblioteca local, pues necesitaba mantener a su familia, pero además, que le dio grandes satisfacciones, al verse ocupado, útil, productivo y, por tanto, mantendría su propia dignidad, según su consideración, pues no era partidario de estar esperando una oportunidad que tardaría en llegar. Con la carpintería sostuvo a su familia durante una década.


Estaba claro que no deseaba sentirse como “una vasija vacía” esperando una oportunidad, ahí sentado, sino como una persona completa que se conforta con un trabajo cuando es rechazado una y otra vez. Cabe decir que, Ford trabajó como carpintero, alternando sus participaciones en el cine, hasta que llegó su gran oportunidad como Han Solo, de la mano del gran George Lucas.


La fama tocó a su puerta y ya en la década de los ochentas, vendrían otras versiones de Star Wars y, por supuesto, Indiana Jones, la magnífica saga que sería un éxito total de taquilla y lo encumbraría en los géneros de aventura, suspenso y acción; consiguió también agrandar más su currículum en la ciencia ficción y hasta en el drama y la comedia, aunque desarrollara ésta última muy poco, pero lo suficiente para consolidar su calidad histriónica.

Quizá con El llamado de lo salvaje o con la nueva Indiana Jones, el actor esté cerrando un círculo que comenzó hace más de medio siglo, como contador de historias, como se ha calificado, pues ha dicho que encontró el sentido de su vida en escucharlas y transmitirlas; ha confirmado su afán por promover el cuidado de la naturaleza y por compartir valores positivos, por ello, seguro se estará retractando de aquello que dijo en 1977, respecto a Star Wars “una película tonta, pero maravillosamente hecha”.


Actualmente, Harrison Ford está casado con Calista Flockhar, con quien rehizo su vida a los 60 años de edad, luego de dos matrimonios fallidos y de cuatro hijos. Llevan una vida muy tranquila, alejada del foco mediático.




[1] The New York Times, 1977.

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