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  • Hedy Hernández

Jesús F. Contreras. Un escultor mexicano en París





Jesús Fructuoso Contreras Chávez fue un destacado escultor mexicano que vivió y trabajó en París a finales del siglo XIX y principios del XX. Nacido en Aguascalientes en 1866, Contreras mostró desde niño su talento artístico y su interés por la cultura prehispánica. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes de la Ciudad de México, donde participó en la fundición de las esculturas del Monumento a Cuauhtémoc. En 1887, obtuvo una beca para viajar a París donde inició como obrero en un taller de bronces ornamentales, después fue tallador de piedra y por último, se especializó en la fundición artística. Allí conoció y admiró el trabajo de los grandes maestros de la escultura francesa, como Rodin, Carpeaux y Dalou.



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Contreras se estableció en París y abrió su propio taller, donde realizó obras de gran calidad y originalidad, inspiradas en la historia, la mitología y el folclore mexicanos. Algunas de sus obras más famosas son: El Jaguar, La Malinche, El Sacrificio, La Leyenda de los Volcanes y Malgré tout. Esta última, que significa "A pesar de todo", representa a una mujer desnuda cuyas muñecas están encadenadas y aprisionadas por grilletes –esculpida en mármol y fechada en 1898– que se resiste a ser devorada por una serpiente.


En 1899, recibió el nombramiento de Comisionado General de Bellas Artes de México con motivo de la exposición universal de París de 1900, donde en la fachada principal del pabellón de México, se podían apreciar parte de los doce relieves de personajes destacados de la cultura mexica, realizados por Contreras; de éstos, seis eran dioses, tres eran héroes y tres eran reyes. Actualmente, cuatro de ellos se encuentran en el Jardín de la Triple Alianza, en el interior del Museo del Ejército, y los ocho restantes están en Aguascalientes.


El Gran Jurado Internacional de la Exposición premió el talento del artista, otorgándole la medalla de bronce por sus trabajos de escultura y otra medalla de plata por su maqueta del proyecto neo-maya. Recibió además el Gran Premio de Escultura por su obra Malgré tout y la Cruz de la Legión de Honor de la República Francesa.

En la capital francesa, Contreras confirmó su temor y sufrió la amputación de su brazo derecho a causa de un cáncer mal atendido. Sin embargo, su espíritu siguió inquebrantable, y continuó elaborando obras de arte de singular belleza y llenas de la emoción que sin duda inundaba su espíritu.


Contreras también colaboró con el gobierno mexicano en la realización de diversos proyectos escultóricos para embellecer y modernizar la capital. Entre ellos se encuentran los relieves del Palacio Azteca, que formaron parte del Pabellón Mexicano en la Exposición Universal de París de 1889, las veinte estatuas de bronce que adornaron el Paseo de la Reforma, y las decoraciones del Palacio Postal y el Palacio de Bellas Artes. Contreras fue considerado como uno de los mejores escultores mexicanos y un representante del arte nacionalista, que supo combinar la tradición y la modernidad, la identidad y la universalidad, el arte y la patria.


Contreras murió en 1902, a los 36 años, víctima de una enfermedad pulmonar. Su cuerpo fue trasladado a México y sepultado en el Panteón Francés. Su obra fue reconocida y admirada tanto en México como en Francia, y se conserva en diversos museos y espacios públicos.


La tragedia de Contreras inspiró a varios artistas de su generación: Juan de Dios Pesa escribió en su honor “Loor al artista”; José Juan Tablada le dedicó un poema, Julio Ruelas se inspiró en su desgracia para realizar su obra pictórica “Entrada de Jesús Luján” de 1904, siendo el mayor homenaje el que le brindó el compositor Manuel M. Ponce, con su obra para piano “Magre Tout” o “Concierto para la mano izquierda”, de 1900, con ritmo de danza habanera.


Algunos otros artistas mexicanos que destacaron en París son:


Leonora Carrington: pintora y escritora surrealista que nació en Inglaterra pero que adoptó la nacionalidad mexicana. Llegó a París en 1937, donde conoció a André Breton y a Max Ernst, con quien tuvo una relación amorosa.


Mathias Goeritz: escultor, pintor y arquitecto nacido en Alemania, pero naturalizado mexicano. Se trasladó a París en 1949, donde entró en contacto con el arte abstracto y el informalismo.


Ángel Zárraga: pintor que se formó en la Academia de San Carlos y que viajó a París en 1904, donde se integró al movimiento simbolista y luego al art déco. Se especializó en el retrato, el desnudo y la pintura mural, con un estilo refinado y elegante.

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