La culminación de mil intentos por alcanzar la superficie
marciana está en auge
Llegar a Marte, uno de los planetas más cercanos a la Tierra, ha sido una inquietud constante en la carrera espacial de varios países del mundo durante las últimas seis décadas, y un desafío mayúsculo por las características atmosféricas a superar. Estados Unidos ha llevado la delantera en los intentos por conquistar dicho planeta, pues ha acumulado, una a una, observaciones que valen oro; todo, de la mano, por supuesto, de un gran despliegue tecnológico, siendo punta de lanza en la información que hasta hoy se conoce.
Es así que este 2021, dicha nación se encuentra explorando la superficie del planeta rojo, a través de su misión Mars 2020, que fue lanzada el 30 de julio de ese año. Su vehículo, Perseverance, aterrizó el 18 de febrero, cerca del lago Jezero, la mayor evidencia de que pudo haber vida hace mucho tiempo en Marte. Desde entonces, no ha dejado de transmitir todos los detalles que registra, acompañado de Ingenuity, un helicóptero robótico muy completo.
Apenas se dio el amartizaje, la NASA comenzó a compartir detalladas imágenes de los paisajes que el róver ha captado, sus primeros recorridos y el sonido que persiste en Marte. Por su parte, el 7 de mayo, Ingenuity realizó vuelos de exploración, a 80 metros de altura aproximadamente, siendo el primer artefacto que ha sobrevolado la superficie marciana, apoyándose en el vínculo que guarda con el róver, pues éste captaba las imágenes de su movimiento, al mismo tiempo que se desplazaba hacia el sur. Lo anterior es lo que se conoce al cierre de estas líneas, ya que las revelaciones de la exploración se han incrementado día a día.
Estados Unidos no está solo
A través de su sonda Tianwen-1, que fue lanzada el 23 de julio de 2020, China ha mostrado su ambicioso programa de exploración y su tecnología, que busca realizar una misión de retorno de muestras de Marte. La sonda entró en órbita el 10 de febrero de este año y aterrizó el 15 de mayo; incluía un orbitador, un módulo de aterrizaje y un róver llamado Zhurong.
Por su parte, Emiratos Árabes Unidos, sumándose a Europa, Rusia e India, también ha hecho lo suyo, con el fin de estudiar los ciclos climáticos del planeta, así como las razones de que su atmósfera esté perdiendo hidrógeno y oxígeno. Ha secundado, en el mismo período, a China, con el lanzamiento de Hope Mars Mission (Esperanza), su primera sonda espacial interplanetaria, luego de haber trabajado en ella durante seis años, en el Centro Espacial Mohammed bin Rashid. Aunque ha demostrado su potencial, a diferencia de otros proyectos, ha reconocido que contó con la colaboración de algunas instituciones, usó instalaciones de otras latitudes, como las redes de espacio de la NASA, y que compró los servicios de Mitsubishi Heavy Industries, compañía que permite el lanzamiento de naves espaciales, por lo que la sonda fue lanzada el 19 de junio de 2020, desde el Centro Espacial de Tanegashima, en Japón, y ésta llegó a su destino el 9 de febrero.
Pareciera que, en algún momento, estas tres misiones coincidirán en un punto del vasto planeta rojo, aunque puede ser que no sea así; sin embargo, de lo que estamos seguros es que, en los próximos meses, la valiosa información que consigan y sus contrastes servirán de precedente a otras futuras misiones, que ya se preparan para lograr la hazaña.
Cada vez, más lejos; cada vez, más cerca
Los múltiples intentos por la conquista
· El primer país en acercarse al cuarto planeta más cercano al Sol ha sido Estados Unidos, a través de la expedición Mariner 4, lanzada por la NASA en noviembre de 1964, la cual pasó a 6 mil 120 millas de Marte y envió 22 fotografías, que fueron todo un hito, aunque cabe decir que los intentos soviéticos por hacer lo propio comenzaron al inicio de aquella década.
· Rusia envió, en 1971, sus sondas Mars 2 y Mars 3, las cuales consiguieron entrar en la órbita del planeta; sin embargo, la segunda logró soltar un módulo de aterrizaje, aunque sólo funcionó 20 segundos, pues, al parecer, fue destruido por una tormenta de polvo.
· En agosto de 1975, el programa Viking, de la NASA, envió la sonda Viking Orbiter 1, de tipo orbital, y la Viking Lander 1, de aterrizaje, que llegaron en junio de 1976, obteniendo las primeras imágenes detalladas del planeta y mapeando hasta el 97 por ciento de la superficie.
· En 1989, el programa Fobos, de la Unión Soviética, lanzó dos sondas gemelas, la Fobo 1 y la Fobo 2; no obstante, la primera no llegó a su objetivo, y la segunda se perdió estando cerca de la luna marciana.
· En 1993, la sonda Mars Observer, de los Estados Unidos, se extravió antes de llegar a Marte.
· En 1996, la NASA envió la misión Mars Global Surveyor, que se colocó en órbita un año después. También en ese período, envió la nave Mars Pathfinder y su vehículo Sojourner, el cual recorrió la superficie durante semanas, analizando rocas. En este tiempo, se perdieron sondas orbitales y módulos de aterrizaje procedentes de Rusia, debido al accidente de un cohete lanzador.
· Para 1999, la sonda estadounidense Mars Climate Orbiter se extravió al llegar al planeta rojo, y lo mismo sucedió con las sondas Mars Polar Lander y Deep Space 2, que no alcanzaron su objetivo.
· En 2001, la Mars Odyssey se puso en órbita, con la intención de estudiar el clima y de hacer un mapa de la superficie, para obtener datos suficientes que pudieran ser útiles a próximas misiones estadounidenses y europeas.
· En 2003, nuevamente la agencia espacial estadounidense envió la misión Mars Exploration Rover, que principalmente buscaba y analizaba rocas y suelos que pudieran contener agua en cualquier estado. Contaba con sus astromóviles Spirit y Opportunity, que, por cierto, tuvieron una larga estancia en Marte a diferencia de otros; el primero finalizó su actividad en 2010, y el segundo, en 2018.
· De forma casi paralela, en 2003, la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) lanzó la misión Mars Express, con su orbitador Mars Express Orbiter y su módulo de aterrizaje Beagle 2. Este segundo falló al intentar posicionarse en la superficie marciana, mientras que el orbitador, hasta la fecha, ha estado realizando investigaciones científicas de gran utilidad para otras exploraciones.
· Dos años después, fue lanzada Mars Reconnaissance Orbiter, de Estados Unidos, que, como su nombre lo indica, tenía el propósito de obtener imágenes de reconocimiento de la superficie marciana, de mayor calidad.
· En 2007, fue lanzada la sonda Phoenix Mars Lander, de la NASA, producto también de la colaboración entre universidades de algunos países europeos, con el objetivo de llegar cerca del Polo Norte de Marte, desplegar su brazo robótico y de hacer prospecciones a diferentes profundidades del subsuelo.
· En 2011, Rusia envió la sonda Phobos-Grunt, con destino al satélite más grande y cercano a Marte: Fobos, pero, luego de orbitar la Tierra por varios días, falló. Ese mismo año, la NASA lanzó la Mars Science Laboratory, que también se conoce como Curiosity, la cual, hasta junio de 2020, seguía operando, estudiando muestras de suelo y polvo de la superficie. Esta misión es una de las más destacadas, ya que ha encontrado evidencias de que, en el pasado, dicho planeta presentó condiciones favorables para albergar vida microbiológica, además de indicios de que existió un lago de agua donde se ubica el cráter Gale.
· En 2013, entró en órbita la Mars Orbiter Mission (MOM), a cargo de la Agencia India de Investigación Espacial, que llegó a Marte un año después y cuya misión es una prueba tecnológica, de cara al diseño y desarrollo de posteriores misiones interplanetarias.
· En el mismo período, entró en operación la sonda estadounidense MAVEN, con un objetivo de estudiar la atmósfera marciana, así como determinar cómo desapareció el agua en la superficie.
· Para 2016, siguió el orbitador ExoMars, en acuerdo entre la ESA y Roscosmos, de Rusia, con el propósito de buscar indicios de vida pasada y presente.
· En 2018, la NASA envió a InSight, con un aterrizador y un robot geofísico para estudiar el pulso del interior y el subsuelo, la temperatura y los reflejos para analizar la evolución geológica temprana de Marte; esto, con el fin de conseguir información de otros planetas rocosos. No obstante, el taladro de esta misión no ha podido penetrar el subsuelo más que unos centímetros.
Período 2020-2021, en un punto de encuentro
El 2020 ha marcado un hito en la exploración marciana, toda vez que, con una diferencia de días, fueron tres misiones las que se lanzaron en el mes de julio.
La carrera por colonizar Marte está en curso; hoy, más que nunca, cualquier hallazgo puede ser clave para ganarla. Sin duda, parece una tarea complicada, pero no imposible para quienes ya la han comenzado, sólo hay que retroceder 60 años.
En 2008, el interés por Marte se vio reflejado en la gran cantidad de artefactos espaciales que se enviaron a habitar su entorno. Por una parte, se encuentran los robots Spirit y el Opportunity; el aterrizador Phoenix, y también estaban las sondas Mars Odyssey y Mars Reconnaissance, de Estados Unidos, y la Mars Express, de la ESA.
Si el nombre de una proeza puede encabezar los numerosos esfuerzos por llegar a este planeta, para desentrañar sus misterios, éste es: Perseverance, propuesto por Alexander Mather, estudiante de 13 años de edad, ganador del concurso escolar Nombra al róver, realizado por la NASA, para llamar al robot de la famosa misión Mars 2020.
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